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martes, 29 de abril de 2008

Por la tangente socialdemócrata...

El fervor de tus palabras clama al unísono, compaginando a la perfección la vicisitud de la incoherencia impracticable, la elegancia de saberse astuto en la respuesta pero negado en el todo.

Quisiera supierais perdonar mi ignorancia al respecto pues me hallo entre futuros ilustrados de la esfera política española. Ojalá pudiera haber tenido vuestros conocimientos cuando yo pasé por vuestra edad, si bien es cierto que la juventud no deja de posarse cual abeja voladora, exprimiendo el néctar de unas hormonas impasibles.

Como buen aprendiz de ciudadano que soy, valoro en demasía vuestra pertinente respuesta y sensata justificación a vuestro más noble sentir ideológico. No quisiera desaprovechar esta oportunidad en reiterarle mi más honesta convicción de que su discurso ya quisiera para sí un sector importante del elenco parlamentario nacional.

Usted se vanagloria de la socialdemocracia e invita a desarrollar, fijar y debatir acerca de la idoneidad teórica, por ende alejada de la práctica, de lo que usted viene a llamar sociedad del bienestar. Usted airea la ridiculez del socialismo marxista como justificación al actual orden socialdemócrata. Tomando sus palabras con ligereza podría inclinarme a rebatirle su postura, pues parece decir que esa nueva vía que intenta integrar a un cada vez más amplio sector de la sociedad, ha de modificar sus criterios pues, al contrario, no se entendería la integración de tan diferente paisanaje. Quisiera decir que eso suena al tan “cacareado” viaje al centro de José Luis Rodríguez Zapatero o al movimiento “light” de la izquierda socialdemócrata anglosajona, la cual ha contribuido a lo que usted considera sociedad del bienestar social.

Es dicho, desconozco si con acierto, que quien olvida la historia está abocado a repetirla. Yo no soy un entendido en historia, ni en política, ni leo lo suficiente como para dar juicios coherentes, pero si hay algo que no realizo... eso es jugar al historiador, pues es la historia es, ha sido y será manipulada y re-escrita según el antojo del historiador o gobierno de turno.

Amigo Alberto, no se trata de divagar ni de redefinir términos e ideologías, sino de combatir la ausencia de voluntad, de combatir la inoperancia interna de los partidos, de expulsar a los acomodados y de incitar la rebelión. Pero no entiéndase mal esa palabreja, rebelión, ni tan siquiera la de revolución, pues ambas parten del supuesto de la necesidad de cambio.

La realidad está ahí y nuestras visiones, las visiones de esa realidad que poseen todos los ciudadanos son bastante diferentes, pues nuestro entorno, nuestras circunstancias (que diría Gasset) son bien distintas, de tal forma que todos tenemos una realidad o verdad parcial y totalmente desenfocada. Sucede a veces, que el espejo se “empaña” y no podemos vernos reflejado. Sucede a veces, que el ruido es tan ensordecedor que no alcanzar a discernir lo que nos dice cualquier persona cercana. En política, por no llamarlo marketing, nos venden un producto y nos infunden ilusiones y esperanzas, que aún siendo palabras, las asimilamos como propias y pasamos a defenderlas con la vehemencia de creernos en la razón. Incluso, en ocasiones, sin replantearnos la veracidad o valía de aquello que defendemos con tanto ahínco.

Atinado o no, enredado o no, deténgase un minuto en lo anterior y evalúe. Ahora para concluir piense que el poder, el imperio económico no sólo está en la derecha, esa que tanto pavor nos da. De hecho, en nuestro país el poder e influencia se ejerce desde el PSOE, pues son los poderosos y ricos quienes apoyan con sus empresas y medios audiovisuales a un Partido Socialista Obrero Español. ¿Cómo puede un partido de estas características representar los intereses de PRISA o la Caixa y los intereses de un estudiante como tú? ¿Cómo puede un gobierno socialdemócrata como el de la pasada legislatura, con mayoría de izquierdas en coalición, no hacer reformas fiscales en pro de la igualdad que tanto gusta aparecer por nuestras boquitas? Es más, ¿por qué ese Gobierno y este partido, ambos socialdemócratas mantienen la política económica heredada del PP, que no ha hecho más que engordar las deficiencias y ampliar las desigualdades sociales de este país? ¿Cómo es que en los territorios donde gobierna el PSOE desde hace bastante, caso de Andalucía, no se vea ese estado del bienestar y sí como los latifundios se expanden?

Vos me habláis de Noruega, Suecia,... y yo os recuerdo que en España en los últimos 26 años ha gobernado la izquierda durante 18 años. Por eso es que digo que los jóvenes, como vosotros y como yo, no podemos ambicionar la política, ni pegar carteles, ni adorar a los políticos ni a las ideas, sino impulsar nuevamente el “motor social” de este país, construir con la crítica y los movimientos juveniles una nueva ideología, la del trabajo. Un desarrollo no ideológico, ni teórico, sino terrenal, plasmado en la práctica, en el día a día. Eso es socialismo y socialdemocracia y, he ahí, a mi juicio, donde deben reencontrarse.

Ni que decir tiene, que esa nueva socialdemocracia o socialismo práctico que nuestra generación impulsará, debe dar respuesta a los colectivos republicanos subyacentes, evaluar el papel de la relación Estado-Iglesia, profundizar en los servicios públicos de calidad, pero mucho más que esas cosas, se deberá evaluar los hechos y no las palabras que acompañan a las imágenes.

En Respuesta a Alberto Genil y al post ¿Por qué ser socialista?

Socialdemocracia: teoría y práctica para seguir en la Izquierda.

El socialismo, nacido de la 1ª revolución industrial, teorizado por Marx y materializado y concretado por la Unión soviética, pretende mostrar las debilidades y el cariz injusto del capitalismo para 1- Destruirlo o 2- Humanizarlo mediante un reparto más equitativo de la riqueza Nacional.

Existen, en consecuencia y simplificando, un socialismo marxista y un socialismo reformista.

Por lo tanto socialismo, es un término al menos tan ambiguo y desdoblado como los que has enumerado: “progresista” o “liberal”, por ejemplo ¿A cuál de estos dos tipos de socialismo te refieres? ¿Cuál defiendes y cuál es defendible a día de hoy? ¿Cuál reivindicas y cuál contrapones al concepto de “socialdemócrata”?

La identificación de la socialdemocracia con el socialismo reformista y gradual, es bastante sencilla y casi automática. Sin embargo, el otro socialismo, el marxista, parece que murió o quedó desacreditado hace ya mucho tiempo, desapareciendo de facto, como una opción realista y viable.

Es por ello, que la corriente socialdemócrata, cuya aplicación práctica no dejó de generar beneficios a las clases medias y trabajadoras entre los años 1945 y 1977 instaurando el Estado del Bienestar, es la única que hoy, sobrevive y puede sobrevivir.

Hay quien también quiere enterrarla y por ello aboga por un modelo social-liberal, pero ese es otro tema, que trataré más adelante.

Consideras que las palabras (como los conceptos a los que hacen referencia), han muerto, se han marchitado. Por el contrario, yo pienso que se ha producido, a través del tiempo y de los acontecimientos históricos, una transvaloración y una transfiguración de los conceptos y las palabras que empleamos para referirnos a las cosas y a las ideas.

El socialista de hoy no es el socialista de mediados del siglo XIX.

Porque no comparten estos ni las metas programáticas, ni los medios para coronarlas. Ni son iguales las sociedades en las que desarrollar sus programas, ni el nivel de vida de sus familias, ni sus derechos laborales y personales, ni sus sociedades tienen una composición idéntica, ni siquiera semejante.

Por ello, el socialista de hoy, el que milita en cualquiera de los partidos de la izquierda europea (PSOE, SPD, PD), puede ser llamado socialdemócrata, por analogía, sin que se nadie se sorprenda

En mi opinión, el socialismo adaptado y revisado (como hizo Bernstein) para adaptarlo a la realidad de cada siglo, o mejor: de cada década, da como resultado la socialdemocracia.

El mensaje socialdemócrata no está ahora tan solo dirigido a los trabajadores, a los “hombres de manos callosas”.

La socialdemocracia se orienta y busca una base social y un apoyo electoral no-clasista, si no basado en los valores, en las ideas, en la identificación con el ciudadano y que busca dar respuesta a las necesidades, amplias y diversas, no unívocas, de los no-privilegiados económicamente, que son las clases medias y bajas (ya no solo de los trabajadores manuales o fabriles)

Pasamos del movimiento obrero al movimiento cívico incluyente.

Intuyo cierto rechazo, algo de purismo, una reticencia a identificar socialismo con socialdemocracia.

Socialdemocracia no significa, como le espetaban a Bernstein a finales del XIX (y como nos siguen achacando a muchos hoy día), ni traición, ni edulcorada versión, ni frío pragmatismo o interesado posibilismo.

Socialdemocracia es simplemente, el abandono de dogmatismos, para flexibilizar y hacer posible la evolución de las ideas y los programas, siempre pegados a la realidad y a las necesidades históricas de cada sociedad en cada momento.

Gracias a esta renovación, hemos conocido la socialdemocracia originaria, la clásica y la contemporanea (influida por la tercera vía), muy distintas e incluso opuestas entre sí.

Creo, de hecho, que la crítica y el rechazo a la socialdemocracia viene dada por una confusión terminológica.

Se tiende a relacionar este pensamiento (la socialdemocracia actual) con la ideología de políticos como Tony Blair, propulsor del social-liberalismo, doctrina que yo, personalmente no comparto en absoluto.

Por lo tanto, el problema está en que los partidos que se dicen socialdemócratas, dejen de serlo para virar hacia posiciones más liberales. Es por ello por lo que exigía una reflexión, un llamamiento a la reconstrucción de las posiciones del socialismo democrático para frenar el viraje al centro (al abismo) por parte del Laborismo, por ejemplo. Y atentos al PSOE.

Ahí es donde las personas con preocupación social y vocación igualitaria, tenemos que dar la batalla, dentro de nuestros propios partidos y exigiendo a nuestros gobiernos que no abandonen el Estado del Bienestar, que no nos dejen a nuestra suerte, en las garras del capitalismo más fiero e injusto.

En definitiva, socialdemocracia no es ni blandura ni ambigüedad, ni tampoco abandonar las aspiraciones básicas del idealismo socialista.

Pero sí es realismo, es adaptación al medio (en el tiempo y en las circunstancias), es aprovechar la riqueza que genera un capitalismo humanizado y acotado por la actuación del Estado, para garantizar crecimiento económico nacional, pero también una redistribución de la riqueza a través de prestaciones públicas, políticas sociales y servicios.

La socialdemocracia es la única fuerza política de izquierdas que ha podido demostrar que la justicia social es alcanzable y necesaria para corregir desequilibrios económicos y mitigar los efectos del Mercado, protegiendo a los más vulnerables.

Es aceptar el marco democrático, para instaurar una economía mixta, donde convivan el legitimo sector privado, con el control y la salvaguarda de diversos sectores vitales, como son la Educación, las infraestructuras, la energía y la sanidad en manos del Estado como expresión del interés y la voluntad nacional.

Todo ello, encaminado hacia la Igualdad social, que si no me equivoco, es el fin último y básico de lo que siempre se ha llamado Socialismo.

No hay que dedicarse a batallas dialécticas, sobre qué es o qué no es socialismo. Hay que hacer que los partidos de la Internacional Socialista, se marquen como objetivo político primordial y sincero, la defensa del Estado del Bienestar.

Como hemos visto, defenderlo es defender la Igualdad, defenderlo es ser de izquierdas, es acotar y limitar el poder de los poderosos.

Aquí entraría la crítica al social-liberalismo y a la tercera vía, movimientos ambos, que se “adaptan” a la realidad convirtiéndose a ella.

Aquí estriba la diferencia principal y mi crítica.

Pido que la socialdemocracia analice y responda a los problemas de la sociedad actual, sí, pero no que entre en la órbita del modelo que hoy por hoy impera en estas sociedades modernas, es decir: el neoliberalismo.

No pido una homologación económicamente del movimiento socialdemócrata el neoliberalismo. No pido para mi partido, ni para ningún otro que se diga progresista o de izquierdas, que gire al centro y cribe su ideario para “agradar” más al centro político. Pido precisamente lo contrario, enfrentar dicho modelo por injusto, para evitar que continúen atropellandose nuestros derechos.

Hay alternativa a ese modelo injusto. Hay alternativa a la ley de la selva: la Civilización. Lo vemos en Suecia, en Finlandia, en Noruega.

El modelo socialdemócrata clásico no murió sobre el asfalto, junto al cuerpo inerte de Palme, como se pretende que creamos. La socialdemocracia no está muerta, ni siquiera dormida, simplemente tiene que perder los complejos que arrastra, erigirse con ese orgullo, como la defensora de los más débiles, apostar por la reforma del Estado del Bienestar no hacia su debilitamiento si no hacia su robustecimiento, en estos tiempos de amenaza e incertidumbre.

Blair y compañía no son socialistas, es cierto, pero es que tampoco son socialdemócratas. Es otra ideología, con otros supuestos y otros objetivos.

Mis objetivos políticos son claros. Son los de la Socialdemocracia, o al menos, los que debería defender dicha ideología.

Alberto Ginel Saúl

Pido perdón por la extensión del artículo, no volverá a pasar....

¿Por qué ser socialista?

En esta era digital no sólo las palabras hacen visibles y justificables los argumentos del escritor. Es, por ello, que intercalaré algún que otro vídeo en este post. Nuestro amigo Alberto nos presenta como socialdemócratas pero yo no me considero como tal. No soy progresista, ni liberal, ni socialdemócrata, ni comunista, anarquista, conservador, fascista... ninguna de esas palabrejas me infunden respeto alguno, pues todas van marchitas en este largo recorrido que nos lleva al neoliberalismo.

Considero que las palabras han perdido valor en voz de quienes desconocen las verdad de los hechos, el significado que la historia asignó a cada una de esas corrientes. Hoy en día, vacías, muchas de ellas representantes del modelo económico exiguo que no haya diferencia práctica entre socialdemocracia, liberalismo o conservadurismo. Si bien es cierto, dependiendo de la persona o partido, puede verse a un "proclamado socialista" a la derecha y a los "conservadores" a la izquierda. Todo depende del prisma bajo el que se observen los hechos.

Vivimos en la pura apariencia del desvelo. Hoy día, ser "izquierdas" es considerado prácticamente como anticlerical, alejado de la retrógrada máxima institución, en constante lucha contra el Estado más poderoso. Sin embargo, muchos son los que ven en la religión católica, en su Evangelio y en su Teología de la Liberación, la más clara e inicial muestra de socialismo, el inicio del todo. He aquí una muestra, entrevista a LEONARDO BOFF en la CNN. No dudes en echar un ojillo (muy ilustrativo).



Volviendo al mundo geopolítico, hay quienes abanderan el "avance social" a través de lo que ellos llaman "progresismo". ¿Pero qué es el progresismo? En el siguiente enlace, ¿Qué es ser progresista?, podemos apreciar una discusión entre amigos muy interesante, entre ellos Alberto y un servidor. No obstante, yo os pido una ligera reflexión sobre la esencia de este término y lo que implicaría la negativa de dicho significado. ¿Quién no quiere el progreso para sí? ¿o para sus hijos? ¿o para su sociedad? Entonces... ¿acaso los conservadores y los liberales rechazan el progreso?

Para mí, amigos míos, la política debe ser entendida no sólo por el objetivo propagandístico o mercader de quien accede a los cargos públicos para ejercer la gestión de aquello que nos pertenece a todo. Para mí, la socialdemocracia debe ser socialismo.

Eso significa que el ciudadano debe ser el foco de todo ejercicio político y humano, de tal forma que recordando uno de los post anteriores, el político, la persona (política o no) debe de proclamar una nueva revolución consistente en el trabajo social.

El socialista, no el socialdemócrata, es aquella persona que promueve el cambio social, la solución de problemas en las relaciones humanas y el fortalecimiento y la liberación de las personas para incrementar el bienestar de la sociedad.

Mediante la utilización de teorías sobre el comportamiento humano y los sistemas sociales, el trabajo social interviene en los puntos en los que las personas interactúan con su entorno. Los principios de los derechos humanos y la justicia social son fundamentales para el trabajo social.

¿Por qué tenemos miedo a llamar a las cosas por su nombre? Si nuestra intención es elaborar un debate distendido para generar una nueva ideología o impulso juvenil regenerador, debemos a atrevernos a lidiar con todos los parámetros. Si deseamos hacer política no es por querer parecernos a González, Zapatero, Azaña o cualquier ilustre político español, sino porque se tiene vocación por ayudar al desprotegido, erradicando las desigualdades sociales, instaurando un sistema igualitario y con unas garantías de libertad que generen ese entorno.

¿Qué es lo que queremos? ¿Por qué estamos aquí? Esas deben ser las primeras preguntas.

Saludos.



lunes, 28 de abril de 2008

(II) TEMA DEL MES DE MAYO: Presente y Futuro de la Socialdemocracia y el Estado del Bienestar

Con la llegada del mes de mayo, los contribuyentes de la Plataforma nos proponemos abordar un nuevo tema.
Un tema profundo, amplio, interesante y del cual se pueden extraer ricas y valiosas conclusiones. Pedimos, ni más ni menos, reflexionar (y que los visitantes nos ayuden) acerca del estado actual de la socialdemocracia como ideología y forma de gestionar el Estado del Bienestar, y el futuro de estos dos conceptos, en supuesta crisis desde finales de los años setenta.

Queremos conocer si la socialdemocracia está realmente en crisis, si cabe adaptarla al modelo propuesto por el neoliberalismo imperante, mediante fórmulas como el social-liberalismo o la tercera vía o si, por el contrario la socialdemocracia clásica de Palme y Willy Brandt está viva todavía.

Queremos establecer el nuevo idealismo socialdemócrata, para que no se nos acuse de ser "fríos pragmáticos", defensores de una doctrina abocada a lo práctico pero desnuda en lo ideológico. Queremos establecer, desde el punto de vista de los jóvenes de la izquierda democrática, aquellos retos que ha fijarse la socialdemocracia del presente y del futuro, para dar respuesta a las políticas neoliberales y a los grandes retos de las sociedades actuales: multiculturalismo, medio ambiente, redefinición del Estado-Nación, economía global, igualdad de derechos y oportunidades, gobierno del sector público...

En definitiva, un debate complejo, pero que puede resultar muy enriquecedor, profundamente útil para dotarnos de una base ideológica y programática sobre la cual, lanzar nuestros mensajes e ideas en torno a cuestiones aparentemente más cercanas y tangibles.

Aprovechando el aniversario, podríamos también plantear un "subtema" que verse sobre el llamado "Mayo del 68". ¿Qué queda de esa revolución, construida por los jóvenes de toda una generación? ¿Es reproducible ese movimiento en las circunstancias actuales? ¿Hay arena de playa bajo los adoquines?

Temas apasionantes que requieren de vuestra activa y generosa participación.

Saludos progresistas.

domingo, 27 de abril de 2008

A ti el cine japonés y a mí la política

No se si será genético o adquirido, pero lo cierto es que la política me ha interesado desde que tengo uso de la razón. Y a ciertas edades, reconozcámoslo, eres el friki de turno, como el que siendo un poco más mayorcito no se despega de los videojuegos o las colecciones de cromos. Pero con el tiempo te acabas rodeando de gente más o menos afín, con quienes compartes intereses y aficiones, y olvidas que la gran mayoría de los jóvenes permanecen ajenos a lo que cuentan los periódicos, esos temas a los que nosotros recurrimos en una conversación cualquiera. Por eso, poner los pies en la tierra es un ejecicio muy saludable. Sin ir más lejos, la semana pasada, en clase de periodismo, el resultado de un test de actualidad sobre el nuevo Gobierno de Zapatero consiguió sorprenderme. La inmensa mayoría de la clase desconocía los nombres de los ministros y sus departamentos.

Ahora bien, tampoco seamos alarmistas. Al igual que ocurre a otras edades, los jóvenes se preocupan por aquellas cuestiones que más les afectan y tienen intereses, preocupaciones y compromisos dispares. Huyamos de las opiniones que dramatizan el problema y acaban concluyendo que la juventud se dirige hacia un precipicio. Claro que la televisión atonta, el consumismo merma el espíritu crítico y las drogas matan neuronas; pero es igualmente cierto que el debate político habitual, del que son responsables partidos y medios de comunicación, está totalmente alejado de una parte importante de la sociedad, y especialmente de los jóvenes. El nacimiento de partidos políticos como UPyD que se presentan como fuerzas alternativas, en busca de los "votantes hartos", demuestran que algo está pasando.

Hay motivos para el optimismo. Internet, y también la prensa gratuita, han acercado la información y la política a los jóvenes, que tienen lugares donde hacerse oír y mostrar sus inquietudes y opiniones. Ahora, la participación política va más allá de las organizaciones sociales y las secciones juveniles de los partidos políticos. Éstas últimas, por cierto, deberían plantearse si trabajan codo a codo con los jóvenes o si por el contrario están también alejadas de su realidad. Hace no mucho tiempo, un amigo me hizo el siguiente comentario sobre los dirigentes de esas secciones: "Son jóvenes que quieren vivir como adultos con la excusa de representar a la juventud". Dicho queda.

Pablo Urbiola

viernes, 25 de abril de 2008

CIUDADANÍA Y PARTICIPACIÓN: EL PAPEL DE LA E-DEMOCRACIA


Ya en pleno siglo XXI, dos conceptos nos dan la clave para favorecer una verdadera participación de los individuos en la vida pública: ciudadanía y e-democracia. Ambos aparecen unidos por la necesidad de información, ya que en la medida en que conozcamos más y mejor estas herramientas, más aumentarán nuestras libertades y garantías frente a posibles abusos de los poderes públicos y de otros individuos; y más disminuirán nuestras posibilidades de caer en juegos arbitrarios de poder. Pero realmente, ¿qué entendemos por todo esto?

En primer lugar, la ciudadanía: hablo de ciudadanía en un sentido cercano al que expone Philip Pettit en su magnífica obra, “Republicanismo”; enriquecido por algunas aportaciones personales en el campo de la participación y la e-democracia. Así, en clave participativa, ciudadano es cada uno de los individuos libres que conforman una comunidad caracterizada por:

- Asegurar la máxima libertad y no-dominación de ningún individuo sobre otro. Este sentido debe guiar la actuación del Estado, en palabras del propio Pettit: asegurar que ningún individuo someta a otro a su parecer arbitrario.

- Por tanto, en el Estado debe regir la máxima irrenunciable de Estado de Derecho, imperio de la Ley: la Ley situada por encima del poder de los individuos, precisamente como expresión máxima, colectiva y legitimada, a la vez que legitimadora, de las acciones de los mismos sujetos a los que ampara y de los que se nutre.

- No obstante de parecer lo anterior una argumento obvio, la realidad es que no se cumple: vemos a diario cómo se producen actos de desigualdad dentro de las democracias, imperfecciones referidas a posiciones de poder adoptadas por determinados ciudadanos que gozan de posiciones privilegiadas frente al conjunto. Precisamente aquí encontramos el germen de todo tipo de desigualdades, ya que no utilizamos las herramientas óptimas para alcanzar realmente un estado de libertad entendida como no dominación y nos conformamos con un estadio de desarrollo socio-político más bien intermedio. Sin caer en la cuenta, por desconocimiento y falta de información y porque así conviene a los más poderosos, de que no profundizar en nuestro modelo de convivencia va en perjuicio de nuestros derechos, libertades y garantías como individuos libres.

- Así, la pregunta obligada es ¿qué podemos hacer para corregir esta situación y aspirar a un modelo más conveniente a nuestros intereses como ciudadanos? Desde luego, la profundización en el modelo ciudadano pasa por la construcción de una sociedad civil fuerte y diversificada; por la reforma de la Educación elevándola al rango del política de Estado, de tal forma que fomentemos el pensamiento crítico y forjemos librepensadores, bajo los principios irrenunciables de educación pública (gratuita) y de calidad; por una prensa libre e independiente, y por un impulso desde el sector público en este sentido; y por numerosísimas medidas en las que no podemos entrar por falta del espacio que requeriría un análisis detallado, so pena de convertir este acercamiento a dos conceptos en un pequeño ensayo; no obstante, veamos el campo de acción natural del ciudadano en relación con el concepto de e-democracia.

¿Qué entendemos por e-democracia?

El concepto de e-democracia apuesta por poner a disposición de la participación política las Tecnologías de la Información y el Conocimiento (TIC), con un especial énfasis en Internet.

Se trata de un concepto amplísimo y en plena efervescencia: no hay ningún modelo cerrado de funcionamiento de la e-democracia precisamente porque es una idea dinámica y por definir. Las posibilidades de desarrollo que ofrece son inmensas y es necesario que los jóvenes demos un impulso claro y creativo en este sentido. Cualquier aportación novedosa y constructiva, que venga a reforzar nuestras garantías como ciudadanos, debería ser bien recibida.

En palabras del experto colombiano Juan Gigli, licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales y especialista en gobierno electrónico, “los dos ejes principales sobre los cuales se asienta el concepto de e-Democracia son la e-participación y el e-voto.

- El concepto de e-voto puede resumirse en el uso de TIC (Tecnologías de Información y Comunicación) para facilitar el ejercicio de una opción en elecciones u otros tipos de referéndum ajustados a la ley electoral vigente. Incluye el registro en línea de votantes y el voto por Internet.

- La e-participación es el uso de TIC para abrir los nuevos canales de ejercicio de actividades políticas entre las elecciones. También incluye el desarrollo de mecanismos de control sobre el gobierno y la participación en la formación de leyes”

Vemos por tanto que la transparencia y las nuevas formas de participación son dos ejes fundamentales del concepto de e-democracia. En el sentido de transparencia podemos contemplar medidas tan básicas como publicar los Planes de Ordenación Urbana en la red o determinadas partidas de gasto público.

Pero es en las nuevas formas de participación donde el terreno está casi completamente por descubrir; en este sentido, desde el blog http://blogs.alianzo.com/redessociales/, se recuerdan algunas de las iniciativas que ya se están experimentando:


- Difusión de las normas y debates parlamentarios utilizando Internet, llegando incluso a retransmitir en directo plenos y otras reuniones asamblearias. Esto es ya una realidad en muchos parlamentos autonómicos pero todavía parece una utopía a nivel municipal.


- “Wikis” para facilitar las enmiendas a los proyectos de ley, lo que sin duda ahorraría papel y aceleraría todo el proceso regulatorio.


- Blogs y foros de debate ciudadano en los que los políticos pueden acercarse a los temas que "están en la calle" y viceversa, la calle puede acercarse a la política.


- Redes sociales como vía fundamental para incentivar la participación de los ciudadanos por temas de interés.

Como bien destaca desde el citado blog José A. del Moral, “la mayor parte de las experiencias de democracia 2.0 que se han desarrollado hasta el momento giran en torno al debate online y offline sobre presupuestos o a pequeñas decisiones que se han podido votar online. En cualquier caso, se trata de pequeños experimentos, porque no podrán ser plenamente válidos hasta que todos los ciudadanos de un país no dispongan de un sistema de identificación digital, como el DNI electrónico”.

Así las cosas, y por no alargar más el estudio de una cuestión que da mucho de sí, podemos llegar a la conclusión final: es positivo que reforcemos el cocepto de ciudadanía usando las herramientas que pone a nuestra disposición la e-democracia. Es positivo porque refuerza nuestras libertades, garantías e información frente a los poderes públicos y frente al resto de individuos. Es positivo porque evitamos posibles abusos de poder, principalmente gracias a la transparencia informativa. Es positivo porque nos ofrece la posibilidad de la participación de forma directa en el debate y en la toma de decisiones.

No obstante, es verdad que habrá que ver qué formas de “gobernanza e-democrática” son las más adecuadas, entendiendo por adecuadas las que logren encontrar el equilibrio entre toma eficaz y legítima de decisiones, agilidad en el proceso y espíritu democrático. Pero esta cuestión la dejamos como tarea pendiente para el siguiente análisis y para los propios lectores: es la hora de la ciudadanía. Participemos.


Jorge D. Mora García
Presidente Centro Europeo Juvenil Relaciones Internacionales http://www.centroeuropeojuvenil.com/
http://ciudadaniaydemocracia.blogspot.com/

El optimismo de los claveles



Hoy, 25 de Abril, todos los demócratas celebramos la efeméride de la liberación de Portugal y la destrucción de la subyugación salazarista, parecía imposible que un régimen autoritario cuasi perpetuo como el de salazar, pudiera ser derrotado de la noche a la mañana(literalmente), me atrevería a decir que el régimen autoritario concluyó cuando terminó de emitirse en la Radio portuguesa “grándola villa morena” canción que daba inicio a la Revolución .
Las tropas portuguesas del interior caracterizada por la juventud de sus soldados llamados “capitanes de abril” se sublevaron de forma pacífica con el masivo apoyo del pueblo portugués , emprendiendo una marcha que derrocó el régimen caduco del “Estado Novo”. Este suceso acaeció en paralelo a la decadencia del régimen franquista, la mayoría de los españoles vieron en Portugal el inicio del fin de estos regímenes extemporáneos que asolaban la Península.
Creo que no deberíamos perder la esencia de este movimiento, el optimismo que definía a esta Revolución. La Revolución de los Claveles evidencia que los cambios siempre se obtendrán desde una visión positiva del fin que queremos conseguir, este optimismo conduce a la transformación de nuestra Sociedad.
Han pasado 34 años, y aunque la Revolución ya no se emplee como método de acción, siempre debemos poseer el fulgor positivo con que este pueblo se enfrentó a su tirano.
Actualmente, Europa vive un proceso de estancamiento, propiciado por las voces discrepantes nacionalistas/euroescépticas sustentadas en el pesimismo a la hora de vislumbrar una Europa Federal, ante esta corriente de pensamiento debemos defendernos presentando lo positivo que supone una Europa Unida genuina, como también debemos hacerlo en el plano económico postulando un sistema socialdemócrata que canalice y revierta todo el capital productivo que provoca el capitalismo en las clases más desamparadas de la Sociedad, debemos difundir el optimismo para propiciar la creación de una única voz europea en el sector internacional que defienda nuestros valores internacionalistas prescindiendo de las aspiraciones nacionalistas/individuos...porque mientras EEUU cambia Estados, Europa cambia Sociedades enteras.
Debemos divulgar la certeza de que otro mundo es posible, porque tenemos los mecanismos internacionales para cambiarlos, debemos creer en una nueva Europa, igual que Portugal, hace 34 años, creyó en la evolución de la sociedad portuguesa.

El valor de escuchar: El Joven Ilustrado

La juventud no es un tiempo de la vida, es un estado del espíritu.

Recuerdo otra época, casi en el olvido, donde se aprendía muchas cosas nuevas, se escuchaba y se hablaba poco... recuerdo una época donde lo único divino era la voz de nuestro corazón. Sin embargo, en nuestra era follotinezca nada es lo que parece, todo se rige por fuegos de artificio, imagen, apariencia, falacias... la política basada en el seguidismo de consignas, palabras huecas que se resisten a transformarse.

No obstante, siempre hubo dos posturas principales hacia la vida... una de ellas diría "eso es una piedra, no tiene valor, sigue siendo una piedra". La segunda iría más allá y diría "eso es una piedra, piedra que será cambiada de sitio, piedra que se transformará en polvo".


La juventud es poder cuanto se predispone a afrontar la vida, a cambiar su ser y cambiar su entorno. La fuerza de cambio, la limpieza de la teleraña política, la vuelta a las buenas costumbres políticas... "juventud, divino tesoro"... "niños de hoy, futuro del mañana".


Pero esa inercia a transformar y modelar nuestro entorno, una sociedad por encima de los prismas ideológicos, debe venir con un libro bajo el brazo, desde la educación, desde la sabiduría de saber plantear los problemas con la elegancia de la sensatez no partidista.


La sociedad del mañana debe ser la sociedad del Joven Ilustrado, del joven que escucha a los mayores con respeto y behemencia ante la cordura del saber del hombre ya experimentado. Un joven capaz de remangarse la mano y ejercer como "un nuevo trabajador social", arrimando el hombro y dejándose guiar por quien cubrió la senda de la vida, porque no hay mayor objetivo, mayor anhelo y mayor sabiduría que aprender a vivir en sociedad.

Lo que digo no es ficticio, sino digno de crédito y cierto.

Lo que está más abajo es como lo que está arriba, y lo que está arriba es como lo que está abajo. Actúan para cumplir los prodigios del Uno.

Como todas las cosas fueron creadas por la Palabra del Ser, así todas las cosas fueron creadas a imagen del Uno.

Su padre es el Sol y su madre la Luna. El Viento lo lleva en su vientre. Su nodriza es la Tierra.

Es el padre de la Perfección en el mundo entero.

Su poder es fuerte si se transforma en Tierra.

Separa la Tierra del Fuego, lo sutil de lo burdo, pero sé prudente y circunspecto cuando lo hagas.

Usa tu mente por completo y sube de la Tierra al Cielo, y, luego, nuevamente desciende a la Tierra y combina los poderes de lo que está arriba y lo que está abajo. Así ganarás gloria en el mundo entero, y la oscuridad saldrá de ti de una vez.

Esto tiene más virtud que la Virtud misma, porque controla todas las cosas sutiles y penetra en todas las cosas sólidas.

Éste es el modo en que el mundo fue creado.

Éste es el origen de los prodigios que se hallan aquí [¿o, que se han llevado a cabo?].

Esto es por lo que soy llamado Hermes Trismegisto, porque poseo las tres partes de la filosofía cósmica.

Lo que tuve que decir sobre el funcionamiento del Sol ha concluido.



El conformismo social


Voy a empezar con la experiencia personal: cada vez que hablo de política pueden caerme mil rayos. Hablar de política entre jóvenes puede suponer un serio revés. Pero, ¡si la política es la que mueve el mundo! No podemos darle la espalda sin más.

Pero la juventud actual ha caído, en mi opinión, en lo que se podría llamar el “conformismo social”:
-El actual sistema en el que vivimos no adolece de ningún peligro serio interno u externo. El terrorismo o las ideologías antisistema son incapaces de suponer un riesgo para el orden existente, para la democracia. El sistema, libre de peligros, se ha anquilosado en una normalidad que es su éxito, pero de éxito también puede morir, si no integra en la participación a las masas sociales.
-La sensación del no riesgo implica también una menor preocupación por la vida política de la comunidad. A esto se une la desilusión por una clase política anquilosada, actora de una farsa de enfrentamientos dialécticos. Por otra parte los escándalos públicos, las malas formas, la ceguera frente a las exigencias ciudadanas arrastra a muchos a perder su ilusión por cambiar las cosas y a la frustración.
-La influencia negativa del entorno familiar, de personas también frustradas por la vida política y traspasan esas ideas a sus hijos, más el círculo de amistad donde la política no “mola” y quien hable de ella tampoco “mola”.
-El sistema capitalista, independientemente de lo mal o peor que nos parezca, tiene una cosa muy reconocible: la propensión que crea al consumismo. Nosotros, los jóvenes de Europa, podemos decir que vivimos de forma privilegiada. Poca gente denuncia este hecho y pone de manifiesto la pauperización de Asia y África; más gente, al contrario, vive de espaldas a esa realidad porque sus necesidades y caprichos se hallan satisfechos.
-La televisión ha producido un “atontamiento”. La juventud tiene sus propios espacios rellenados no por programas culturales o informativos sino por “shows”, series de éxito, espectáculos basura en la que la consigna es “afuera de estas cuatro paredes no pasa nada”.
-Otra de la causas es el fracaso escolar, derivada o unida a las anteriores. La frustración que genera unida a una incapacidad del sistema escolar de integrar al mal estudiante ayuda mucho a caer en malas compañías, volviendo a la influencia negativa del círculo de amistades.

Por eso, yo pienso que pueden darse unas alternativas para invertir este proceso, tales como:
-Educación para la ciudadanía. La derecha lo combate, pero porque sabe que tiene mucho de perder: no quiere conciencias libres. Pero la Educación para la Ciudadanía y una mayor inversión en educación pueden ayudar en la concienciación social, a evitar la influencia negativa y educar en valores cívicos y de democracia, inculcando lo importante que es mantener el sistema democrático.
-La reforma del sistema hacia la democracia directa local permite llevar la concienciación a un máximo grado de responsabilidad, a controlar mucho más detenidamente la gestión local. La incorporación de mecanismos de control (revocaciones e iniciativas populares) une más especialmente a la gente en la resolución de sus problemas directos y en el control de los políticos locales. La finalidad es no dejar ningún resquicio en el sistema para evitar su corrupción y la atonía política.

En fin, en una palabra, ilusión.

miércoles, 23 de abril de 2008

La construcción europea desde la óptica socialdemócrata;

En respuesta al compañero Bitdrain

La concepción del Estado-Nación tal y como lo conocemos desde la época de las revoluciones liberales, ha cambiado debido a diversos factores sociales, económicos y políticos. El primero de ellos es la Globalización o la mundialiación de la economía y del mercado. Los Estados han perdido relevancia en la capacidad de gestionar y regular las economías nacionales. La figura del Estado, pues, se ha transformado.

Este hecho afecta también de una manera singular a la construcción europea. Pues, puede pensarse que la globalización, ese proceso aparentemente dirigido por y para neoliberales, que elimina fronteras y tasas en pos del librecomercio y a costa de las capacidades keynesianas de regulación y control de las economías nacionales por parte del Estado, podrá acabar paulatinamente con el Estado del Bienestar y con la protección social en Europa, y con estos, con el sueño de lo que llamamos la Europa Social, la Europa de los Ciudadanos. Una Europa que sea un ente supranacional real, con un contenido político claro por encima de lo meramente económico.

Por lo tanto, el enfoque político, que es el que nos interesa, se debe centrar, creo, en el concepto de “ciudadanía europea”, para darle consistencia y fundamento a la Europa que queremos crear desde la política y los parlamentos, no desde los bancos y las bolsas. El eliminar fronteras no va a crear, de por sí, una unidad continental de futuro, ni logrará la cohesión social, humana y económica que todos los socialdemócratas deseamos. Tendrá que ser la acción política la que cumpla estas aspiraciones.

El primer paso para la consolidación de la Europa política es dotar al continente de una Constitución, de un marco legislativo donde queden recogidos los derechos, libertades y obligaciones de los ciudadanos europeos y los objetivos y valores de la propia Unión Europea.

Desde mi punto de vista, la postura a defender es clara: Europa no debe ser solo libertad, tiene que ser Libertad e Igualdad.

Europa, como entidad supranacional, tiene que asumir unos compromisos sociales y laborales que complementen, regulen o corrijan las actuaciones de los diversos Estados. Esto es, crear un Estado del Bienestar Europeo que retome las atribuciones keynesianas en todo el ámbito continental, contrarrestando la tendencia neoliberal de “poner a dieta” al Estado del Bienestar con el fin de adelgazarlo.

Unas políticas sociales y laborales progresistas, el pleno empleo, la educación, el conocimiento y la formación a lo largo de toda la vida, un nuevo desarrollo económico sostenible, el multilateralismo, el diálogo social, la integración social y la ampliación rigurosa de la Unión… todas estas medidas que miradas a través del cristal socialdemócrata, harán de Europa, algo más (mucho más) que un mercado, como algunos pretenden. Europa estaría así, en el centro de nuestra vida cotidiana. Así es como se crearía, bajo mi opinión la ciudadanía europea y la identificación del ciudadano medio con la Unión y la consecuente superación de reticencias nacionalistas, particularistas o identitarias, que nos encaminaría en último término hacia una futura Federación de Naciones con, como has apuntado: superministerios y supraestructuras políticas reguladoras de la economía y del mercado laboral.

En cuanto a si es posible una Europa diversa en lo cultural y en lo religioso: en mi opinión no es solo posible, sino necesario y muy beneficioso. Una ampliación hacia el este y (porqué no) hacia el sur sumando por ejemplo a Turquía, no solo nos enriquecería como conjunto, como comunidad humana, sino que además nos situaría en una situación privilegiada a la hora de afrontar muchos de los grandes retos mundiales. Incluir en la UE a un país de cultura musulmana como es Turquía nos acercaría mucho más a conflictos como el de oriente medio, o el fenómeno del islamismo radical. ¿Una ampliación rigurosa? Sí, eso significa que debe hacerse única y exclusivamente cuando el país candidato cumpla escrupulosamente los Derechos Humanos y los objetivos de la Unión. Una vez ese país cumpla con ellos, ¿por qué no darle cabida entre nosotros?

Como conclusión a todo lo dicho: no sé si las Naciones prescindirán de su soberanía, sinceramente no lo creo. Pese a que los cambios en la concepción de los Estados son profundos, no creo que vayan más allá de lo que nos es imaginable. En cualquier caso, la Unión Europea, como concepto político, debe llenar con su consolidación, el vacío que parece, está dejando la globalización en las naciones europeas actuales.

Creo haber tratado todas las cuestiones acerca de las cuales pedías una reflexión. El debate queda abierto

Un saludo progresista. Alberto Ginel Saúl

¿Juventud conformista?


Analizar en un breve escrito las dinámicas de actuación que sigue la juventud de nuestros tiempos, entre la que me incluyo (de momento) sería caer en un perfil demasiado bajo. La complejidad del tema y los incalculables factores que la determinan hacen de esta reflexión una ardua y difícil tarea. Pese a todo, intentaré resumir en distintas reflexiones mi percepción sobre los hechos, que no puede dejar al margen las influencias políticas familiares recibidas, y es que ser hijo de un sindicalista ácrata es lo que tiene…

¿Juventud conformista?
Pues mira sí, bastante, pero no sólo aplicaría el conformismo desde la vertiente negativa, también desde una más positiva, y es que nuestra generación ha empezado a “querer vivir”, el “carpe diem” se ha impuesto, y en general vemos la vida como un sitio de paso corto por el que debemos aprovechar al máximo nuestra existencia. El problema viene cuando esa nueva filosofía vital, que no debería entrañar de por sí elementos negativos, más bien todo lo contrario, se convierte, por la falta de valores básicos, en superficialidad, relativismo moral, falta de solidaridad, de compromiso social, político y ciudadano, de responsabilidad y de espíritu de sacrificio. Mi filosofía personal siempre ha partido de una base humanística muy importante, a mi modo de ver, lo que realmente hace crecer al ser humano son las relaciones humanas de amor que surgen primero desde uno mismo, quererte a ti mismo, saber quien eres, es clave para poder decidir tu camino en libertad y buscar personas con las que compartir la suerte de estar vivo. La familia, la amistad, la pareja, la solidaridad con los demás, son en esencia claves para ver el mundo de forma positiva y la superficialidad, es la enemiga más directa de estos elementos. Debe quedar claro que la influencia del mundo capitalista ha hecho mucho daño y ha contribuido claramente a fomentar la superficialidad respecto a la profundidad en todas sus vertientes. En mi modesta opinión, los seres humanos se han quedado atrapados en un modelo de comportamiento que ha distorsionado el valor del “amor” y la capacidad de confiar mutuamente en los sentimientos e intenciones. En un momento dado hay “amor” y en el siguiente se rompe. Es como si las personas hubieran perdido la capacidad de profundizar en sus relaciones con los demás y con el mundo y se apoyaran únicamente en los recursos temporales, provocando todo esto una frustración inmensa.
Si a esto le unimos la cada vez más nimia influencia de la religión (de la que me alegro enormemente), la falta de tiempo de las familias para inculcar otro tipo de valores y la falta de referentes que no sean los deportistas o los integrantes de la casa de gran hermano, nos encontramos con una sociedad que aunque cada vez más preparada intelectualmente, no deja tiempo al análisis sosegado, paciente y profundo, básico para poder actuar con raciocinio consciente y que se deja llevar por un cortoplacismo que todo lo puede. Cada vez nos acercamos más al animal, discurrimos por la vida, pero no vivimos como seres humanos pensantes que se supone que somos, la eterna disputa entre vivencia y existencia.
Ante esta situación, es muy complicado pedir a la juventud una implicación política profunda más allá de los símbolos. Difícilmente encontrarás a un joven que luche por sus derechos laborales, más bien permanecerá callado ante cualquier imposición de la empresa de turno, que concibe y manda sobre como mínimo un tercio de nuestras vidas, sin acogerse muchas veces, a las leyes que a todos nos rigen en la vida diaria, constituyéndose en auténticos regímenes dictatoriales que campan a sus anchas entre nuestra democrática sociedad, aunque de esta nueva forma de explotación laboral ya hablaremos en otro momento. Difícilmente encontrarás a un joven que se implique políticamente y corra raudo y veloz a manifestarse contra cualquiera de las múltiples injusticias que se suceden diariamente, pero como gane el Barça la Champions… ¡eso es otra cosa!, o como vengan los de fama a bailar en tu barrio… ¡eso es otra cosa!
Y que conste que pese a que esta somera reflexión pueda parecer pesimista o negativa, no lo es para nada, el mundo no para de girar, siempre lo ha hecho, y los ciclos se suceden y se alternan sin más, lo que hoy es pasividad y falta de compromiso, mañana se puede convertir en una nueva energía positiva, solidaria, profunda y llena de amor, que lleve al mundo del ser humano a contactar de nuevo con la esencia de su existencia. Ahí radica nuestra responsabilidad, y en estos términos entiendo la importancia de plataformas como esta que se acaba de poner en marcha.
Hay que despertarse del letargo, ¡manos a la obra!


Daniel Perales

martes, 22 de abril de 2008

Proyecto Europeo de... ¿Construcción o Transformación?


En la tarde de hoy ha llegado a casa un panfleto que reza “AE Conradh um Athchóiriu” (Tratado de Reforma de la UE, en gaélico). El lento caminar de la Europa comenzaría a dar sus pasos allá por 1957 pero nunca ha tenido una dirección sólida. De hecho, se diría que hasta ahora ha crecido a base de ráfagas o impulsos de determinados líderes nacionales, pero nunca se ha visto refrendado a través de un timón europeísta ni a través de una política comunitaria unificadora, como siempre se ha pretendido.

Bajo mi humilde punto de vista, creo el pueblo entiende la UE como algo sumamente lejano, como una contienda fiscal entre Naciones, donde unos estados reciben ingentes cantidades del Fondo Social Europeo, a costa de otros. Este ha sido uno de los pilares que ha propiciado la espectacular transformación de España en un país moderno, tomado como ejemplo por muchos otros estados.

Todo parece indicar que la construcción europea ha sido enfocada a eliminar las trabas burocráticas, convirtiendo a Europa en un paraíso donde existe el libre movimiento de personas, mercancías y capital, claro que hay quienes afirman que el trabajador se ha convertido en eso, en pura mercancía.

Sea como fuere, partiendo desde un profundo desconocimiento de lo pactado en el Tratado de Lisboa, que los 27 estados miembros han de confirmar con el respaldo de su soberanía nacional (Referendo o Parlamentos Nacionales), me atrevería a decir que La Unión Europea, preferiría que se llamase Unión de Estados Europeos (nada parecido a Unión Económica Europea), es una superestructura con influencia política de los Jefes de Estado, Consejo Europeo, Parlamento... que acusa un mal endémico de la estructura gubernamental, demasiada traba burocrática que confunde realmente al ciudadano, que siente y percibe como el Proyecto Europeo se construye a su espalda.

Europa caminará tarde o temprano hacia la unificación, aparecerán grandes “superministerios” (Transportes, Energía, Finanzas,...) y con un carácter conservador, tal y como parece será esta primera etapa política.

Será necesaria la aparición de agentes sociales a nivel europeo. Los sindicatos, la juventud, las diversas corrientes sociales deben abrirse camino en esta nueva Europa creando “superestructuras sociales”, que partiendo de la tolerancia “hacia lo distinto” sepa aunar objetivos comunes para que Europa sea sede del “Imperio de la Libertad, la Igualdad y el Trabajo Social”. Aún en esta Europa de Naciones Libres, a ratos liberal, a ratos socialdemócrata, abunda las desigualdades sociales (laborales, de género, de edad, de procedencia, de acceso a los recursos). Es hora de reclamar una construcción de la Europa Social y del Trabajo, que asegure un bienestar para todos en base al trabajo y que huya de las discriminaciones.

Algunas cuestiones interesantes a reflexionar serán:

¿Podremos construir una Europa que prescinda de las soberanías nacionales, donde todos se integren en el proyecto común sin acudir a “nacionalismos rancios”?.

¿Es viable una Europa Unida formada por ciudadanos de distinta procedencia, religión, cultura y educación?

¿Se podrá armonizar la política estatal a la política común sin caer en farándulas competenciales?

¿No os parecería conveniente proponer en todos los estados miembros una asignatura común de “Ciudadanía Europea”, con el fin de que conozcamos un poquito más a todos esos nuevos hermanos?


En definitiva, soy de la idea de que Europa se ha de vertebrar como un todo y no como una suma de Estados, debe tener vida propia y voz en la calle, con una juventud activa y participativa que proponga un Nuevo Orden Social, puesto que nuestra generación es la que gobernará la verdadera Europa.

Bolonia: "La Universidad venidera"


La culminación del proceso de homogenización de la Universidad Europea será el año que viene una realidad, pero todavía la mayoría de los estudiantes que vamos a ser sujetos de tal cambio no sabemos con certeza que es a lo que nos enfrentamos, el proceso de convergencía en el plano educativo superior empezó alla por 1999 con la rubrica de todos los ministros de educación de la UE, este proyecto no ha parado de recibir detractores dese amplías capas de intelectuales ligadas a la Universidad.


Yo considero que el fín es positivo (recuperar el esplendor de la Universidad Europea, y amoldarla a los vaivenes de nuestro tiempo y incentivar la movilización de estudiantes a todas las zonas europeas), pero los medios utilizados no son los apropiados, a continuación voy a exponer las ventajas e inconvenientes que según mi criterio, tiene Bolonia:

Inconvenientes:
_Se tiende a la creación de una Universidad "productora de capital productivo" en vez de conocimiento, mediante el aumento de horas prácticas en detrimento de teóricas.

_Equiparación del horario universitario al laboral, por ende, aquellos alumnos de clase medía que tengan que trabajar para pagar sus estudios se verán impedidos o restringidos, y no podrán explotar todas sus facultades intelectuales.

_Convenios con Empresas, al incluir los intereses de las empresas en la Universidad, la iniciativa privada puede actuar arbitrariamente, y de este modo, se evidencia el cambio en el objetivo de la Universidad, al formar a buenos trabajadores eficientes, pero vacuos en conocimiento de la matería.

_ Constitución del Grado:3-4 años, dividido en sendos ciclos, y el Master: de una duración de 1 o 2 años con un precio cercano a los 18000 euros, al dividir de esta forma el proceso de cualificación universitaria, a los estudiantes se nos roba un año de carrera que tendremos que sufragar debidamente, esto provocará un deterioro importante de la Igualdad de oportunidades para con la Educación.


Ventajas:

_La creación de los créditos ECTS promueven la movilidad estudiantil, esto beneficia a los estudiantes a la hora de encontrar trabajo, ya que se nos abren puertas en toda Europa.

_Es probable que con el Sistema de Bolonia, los estudiantes encontremos más facilmente trabajo, aunque sea con una remuneración ínfima.

_El Estado Español se ha comprometido a profundizar en ayudas7subvenciones a aquellos estudiantes que no se pueden valer por su propio capital.

Aunque todavía no conozco íntegramente este proceso, esto es lo que he podido deducir.

Espero que les sirva de ayuda.


lunes, 21 de abril de 2008

El joven como acicate e instrumento de la praxis


En el día de hoy me siento honrado de poder colaborar con esta gratificante tarea, poder expresar con estos compañeros el sentir de un fragmento importante, a veces olvidado, de la sociedad. Muchas gracias por la invitación y espero no defraudar vuestras expectativas.

La juventud y la participación política son el foco de atención con la que inicia andadura esta iniciativa. Aunque aún me considero joven, siempre lo seré en espíritu, he transcurrido por la senda que abandona mis tiempos de mozo. En este tiempo, he visto a una juventud aletargada y paralizada. Quizás, no sólo haya sido un efecto negativo lo referente a la participación política o al compromiso social. Inclusive, dudo que esta “parálisis social” se refrende tan sólo en el entorno canario, en el cual he crecido y madurado, sino que trasciende al panorama nacional y a materias que van más allá de la política. A mi entender, la generación que ahora “sale del cascarón”, en su amplia mayoría, ha rechazado embarcarse en proyectos sociales, o en cualquier tarea en busca del progreso, bienestar o, como quiera llamarse, de esta sociedad que nos envuelve.

En mi humilde opinión, la escasa integración en la vida social de los jóvenes españoles se debe fundamentalmente a una desidia colectiva, fruto de una inoperante mentalidad, heredada y aprendida. España es un país que tradicionalmente le ha costado reclamar y opinar, y durante mucho tiempo era mal visto identificarse con símbolos, consignas y demás muestras individuales. Supongo, que hay una o dos generaciones que han adquirido esta conducta de la época Franquista. Curiosamente, al caer el régimen muchos jóvenes salieron a la calle, crearon revistas (no blogs) y dieron batalla, generando ideas y abriendo la mentalidad de nuestra sociedad. Sin embargo, los hijos de esos jóvenes, nosotros, hemos vivido al amparo de una situación muy cómoda, donde la pasividad de padres, la facilidad de acceder a un bienestar económico, una moda que invita al consumo, a lo fácil, a dejarse llevar...

También es cierto que las instituciones y personas mayores siempre han visto a los jóvenes como incapaces, por el simple dato de su edad ya se juzga su eficacia y se le cierran puertas. Sinceramente, no estoy a favor de que los jóvenes tengan un cupo en política por el simple hecho de ser jóvenes. Creo que todo joven ha de buscar la revitalización de la sociedad a través de la educación y formación como personas cívicas para que puedan aportar la frescura a esas personas experimentadas y curtidas en mil batallas.

El joven debe ser el motor del cambio, pero desde el respeto y la crítica, sin hacer seguidismo de consignas políticas, generando debate y poniendo en duda la eficacia de nuestros gestores. En definitiva, creo que los jóvenes debemos crear, sensibilizar, integrar a colectivos y a individuos jóvenes en la construcción de la sociedad-estado, pero no necesariamente desde la política sino desde la calle, con el trabajo y la cooperación diaria, para alcanzar unas cuotas de justicia social y de solidaridad que plasmen la libertad y la igualdad que los políticos proclaman y que nadie pone en práctica. En definitiva, debemos ser bastión de ideales sociales y de generación de proyectos que beneficien a todos sin la necesidad de obtener nada a cambio.

Fácil de decir pero quién es el valiente que da el primer paso.


LIBROS PARA EL DEBATE.

Invito a los compañeros de la Plataforma a que compartan con todos nosotros algunos de sus títulos preferidos de literatura política, filosófica, ensayos... etc con el objetivo de crear entre todos una biblioteca progresista capaz de enriquecernos intelectualmente y sobre todo, de afianzarnos en nuestras convicciones.

Yo propongo, para empezar, este de George Lakoff.

Es un libro que gira en torno a los marcos psicológicos que todos tenemos en nuestra sinapsis cerebral. Estos dos marcos, corresponden al pensamiento conservador y al progresista/liberal.
El discurso político y el lenguaje utilizado en el mismo, es el que se encarga de activar uno u otro marco en cada situación.

Lakoff pone sobre la mesa una realidad: los conservadores nos llevan ventaja en lo que a imposición de marcos se refiere. Con sus think tanks y sus medios de comunicación llegan a todos los rincones... incluso a los neuronales.
Ante esto, Lakoff nos invita a ponernos manos a la obra para contrarrestar la desventaja y para imponer mediante nuestros valores y un discurso progresista, nuestra visión del mundo y de la política.

Lakoff también deja caer otra idea muy importante; La gente ya no vota por interés sino por identificación.
Identificación con los valores y principios que desde las tribunas de oradores se le presentan y no tanto por el interés (material o programático) que puedan tener como individuos (y menos aún como clase social) en que salga elegida en las urnas tal o cual opción política. Hasta ahora hemos pensado lo contrario, pensabamos que la gente votaba al partido que mejor defendiera sus intereses particulares (subidas de salarios, aprobación de una determinada ley...).
De ahí la frase: "ser más tonto que un obrero de derechas".

Que un obrero vote a la derecha neoliberal (según parece desprenderse de la obra de Lakoff), no es del todo un sinsentido en este mundo nuevo, que también tiene una política nueva.
Nos invita para adaptarnos al nuevo debate político, a entrar de lleno en el debate de valores y principios.

Recomendación:

"No pienses en un elefante, lenguaje y debate político", por George Lakoff

¿Cómo enfrentar los avances políticos y electorales de la derecha norteamericana desde los tiempos de Ronald Reagan? ¿Por qué se han producido? Según el reputado lingüista G. Lakoff, por la capacidad de los estrategas republicanos de activar estructuras mentales inconscientes, que mueven nuestros comportamientos y nos impiden atender a la racionalidad de nuestros intereses, o a los meros datos de la realidad.

Breve e informal, ¡No pienses en un elefante! (el elefante es el símbolo del Partido Republicano) utiliza y difunde las investigaciones del Instituto Rockridge, único think tank progresista comprometido actualmente en los Estados Unidos con la tarea de un profundo cambio social a través del cambio de los marcos de referencia.

domingo, 20 de abril de 2008

Hablan de nosotros

Nuestra plataforma está dando sus primeros pasos. Aún nos queda mucho para consolidarnos y para comenzar a ser lo que queremos ser, para alcanzar el objetivo por el cual nos constituimos hace unos días y por el cual nos reunimos aquí, en este punto de la red.

Sin embargo hoy, tres amigos, como son Raúl Pleguezuelo , AR Machí y Juan David Perez nos ayudan generosamente en la tarea de darnos a conocer.
Todos ellos, en sus respectivos blogs se hacen eco de nuestro nacimiento, uno desde Fuenlabrada, Madrid, el otro desde L'alcudia, en la Comunidad Valenciana y el tercero desde Dublín, Irlanda.
Además, Juan David, bajo el nombre de bitdrain, ha tenido a bien unirse a nuestra plataforma para contribuir con su valioso punto de vista. Una opinión siempre lúcida, por su independencia, su amplia formación, su experiencia y su ausencia de dogmatismo.

Solo me cabe sentir una profunda gratitud hacia ambos, por las buenas palabras que nos dedican y sobre todo porque confían en nosotros y guardan una alentadora expectativa en los jóvenes progresistas como nosotros.
No podemos defraudarles, ni a ellos ni a nosotros mismos...

Un saludo compañeros, esta es también vuestra casa, estaréis siempre invitados.

sábado, 19 de abril de 2008

La juventud no está perdida, solo desorientada

La juventud no está perdida, solo desorientada. Esta frase podría ejemplificar la situación por la que pasa hoy la juventud española.

Los jóvenes hicieron el mayo del 68, los jóvenes hicieron la oposición al régimen franquista y protagonizaron la transición política. Tenían, entonces, un objetivo, una meta y por eso, su acción fue determinante.

Sin embargo en nuestros días, el mensaje que impera y circula entre los jóvenes es realmente descorazonador: “todos los políticos son iguales”, “las ideologías ya no existen”. Mensajes que llevan directamente a la desafección, al desinterés y a la antipatía para con los políticos y con el propio ejercicio de la política.

Muchos son los elementos que hacen que la juventud sienta un mayoritario rechazo hacia la política, muchos de ellos se han tratado aquí: sueldos de los representantes políticos, corrupción, la no renovación de los partidos, la sensación de que no representan a la juventud… sin embargo son más numerosos aún los factores que inhiben a la juventud de su necesaria participación en la vida pública.

Para Tomás Meabe, fundador de Juventudes Socialistas, había que “alejar a la juventud de las tabernas y de las plazas de toros”, par que los rapaces se convirtieran en Hombres útiles en el futuro . Lo de las tabernas, por desgracia no ha caído en desuso. El otro elemento embrutecedor es en mi opinión, la sociedad consumista-conformista en la que estamos instalados.

Miguel ha tratado someramente de ello en su artículo, y me parece muy interesante.

Entiende el actual capitalismo como una causa inhibidora, según mi interpretación.

Esto es: el capitalismo no es solo política, ni siquiera, solo economía, también es la propagación y la comunicación de unos valores a la sociedad.

En su reflexión los deja entrever: la ramplonería de la programación televisiva que conduce al fantaseo con la fama mediocre, efímera y rimbombante, el consumismo… a los que yo añado la insolidaridad, el creciente individualismo que obstaculiza la asociación y la configuración de unos intereses comunes… el conformismo que nos incita a pensar en que vivimos en el mejor mundo posible y que por tanto nada merece revisión ni cuestionamiento…

Son cuestiones muy amplias, dignas de desarrollo y de reflexión, desde luego.

Si la juventud está desorientada, como queda dicho, nuestro cometido es claro: atraerles, orientarles (no hacia un partido o ideología concreta) sino hacia la propia Democracia, hacia la pura Política.

Los jóvenes de hoy comienzan ya a ser los guardianes de la Democracia.

De su participación política y de su compromiso con esta, dependerá en gran parte su pervivencia.

Históricamente hemos aprendido que la desidia, la decadencia moral de las sociedades y la carencia en la identificación democrática, constituyen el mejor caldo de cultivo para el nacimiento de extremismos de todo signo.

En esa tarea de crear ciudadanos comprometidos, activos y sabedores de sus derechos, ya se ha citado aquí, repercutirá la tan temida, obstaculizada y cacareada “Educación para la ciudadanía”. Simplemente me parece un paso adelante, un instrumento brillante, que lejos de adoctrinar, como se ha dicho, pretende crear una generación nueva de ciudadanos inteligentes y comprometidos con los valores que nos unen a todos (¡inmensa aspiración!).

Por lo tanto, en la educación y en la formación, se halla la gran oportunidad de inculcar los valores universales de los Derechos Humanos, la democracia y por tanto, de la necesidad de participar critica y activamente en ella mediante la involucración política.

¿Porqué la desidia de los jóvenes con la política?

Es una pregunta compleja y de hecho lleva de cabeza a muchos interesados. Sin embargo trataré de buscar una razón mirando sólo a mi alrededor pues aún soy joven. Supongo que yo daré un punto de vista diferente, debido a que no estoy acostumbrada a hablar de política y mi manera de exponer las ideas será sencilla, simple y seguramente, fácilmente rebatible.

Si hay algo que moviliza a masas de jóvenes, a parte de series cutres de poco contenido cultural, son las modas. Ya sean de ropa, de música, de móviles, mp3… Por lo tanto el primer motivo por el cual la política no tiene esa capacidad de movilización en los jóvenes sería que “no está de moda”. No es un tema para hablar en el recreo (¡Qué novedad!). Solución: Acercarse al joven haciendo ver que hablar de política puede ser tan “molón” como hablar de la serie del martes.

Partiendo de aquí, el hecho de que “no esté de moda” entre los jóvenes, puede deberse a varios motivos:

Uno de ellos podría ser que la edad media de un político conocido es muy elevada y por lo tanto, ya muy lejos de la edad “joven”. Solución: ya se está llevando a cabo, colocando a jóvenes promesas de políticos al mando de nacientes ministerios. Darles la confianza y el lugar que se merecen, siempre y cuando estén capacitados para ello.

Otro motivo por el cual considero que la política no es próxima a los jóvenes, podría ser debido a los diversos casos de corrupción que aparecen a lo largo de las legislaturas por parte cualquier partido. A parte de deprimir al que cree en la política, desmotiva al que podría creer en ella. También la poca seriedad de algunos políticos o bien el sueldo astronómico que cobran algunos de ellos, podrían ser motivos que alejen aún más a los políticos de los jóvenes. Solución: evitar futuros casos de corrupción que tanto daño hacen a la política y equiparar los sueldos para que cobren lo que les corresponde de verdad.

Otra de las causas podría ser que durante la etapa de formación escolar (también momento de crecimiento personal y moral) la política está poco presente en nuestro día a día. Nos acercan cosas como la ética, la religión (para quien quiera) la filosofía, pero nadie nos acerca a la política durante esos años en que aún no se tiene capacidad de votar. Algunos políticos visitan Universidades y dan allí conferencias, pero pocos van a colegios o institutos, dejando de lado el día de la propia inauguración (si se trata de un colegio público). Por lo tanto es normal que sólo los que tienen un interés intrínseco, ya lo tengan a esas edades tan tempranas. Solución: acordarnos de los jóvenes también antes de que entren en la Universidad.

Y finalmente y tratando de ser breve… colocar aquí el motivo familiar. Si no se habla en casa de política es difícil que nuestros hijos muestren un interés desbordado por ello. Los medios de comunicación no lo muestran todo (sí que muestran casos de corrupción, por ejemplo) y es en las charlas cotidianas donde de verdad se ve que la política es importante y la tenemos más cerca de lo que creemos. Solución: hablar sin miedo.

Por suerte sois muchos los jóvenes que de verdad os interesáis por la política desde pequeños y tenéis unos buenos cimientos formados gracias a unos ideales y muchas ganas de aprender. Deberíamos hacer otra entrada sobre “Cosas que me motivaron para acercarme a la política”.


La Juventud es el cimiento donde se sustenta el Futuro, por eso es tan importante que los jóvenes adquiramos conciencia, capacidad de disentir y unos valores de convivencia y respeto, en definitiva obtener una moral cívica democrática.


Lamentablemente los jóvenes españoles perdemos facultades, gracias a medios de información "desinformadores" que difunden ideas reaccionarias y anodinas además de vendernos una "fama mediocre" como fin supremo al que todos debemos aspirar.

La Juventud percibe la Política como algo lejano, es normal, ya que en Política no se vislumbran caras jóvenes, parece que siempre son los mismos, aunque no sean las mismas ideas.

El capitalismo nos proporciona un sistema de vida primario, que nos impide ver más allá y que obstaculiza la creación de criterio propio para poseer un pensamiento individual que tenga la capacidad de discernir y refutar aquellas ideas cerriles.

Si el pueblo posee ignorancia, la Sociedad no progresa y es más fácil engañarnos, la Derecha utiliza nuestro desconocimiento para detentarse en el poder, basándose en lemas ramplones, esto se combate con educación y se puede ser para la ciudadanía, mucho mejor.

viernes, 18 de abril de 2008

(I) TEMA DEL MES DE ABRIL: Juventud y participación política

Inauguramos nuestro ágora digital proponiendo un tema como objeto central de debate: Juventud y participación política.
Podríamos abordar los porqués de la presunta desidia que muestra gran parte de la juventud para con la política. Cuáles son los valores políticos y éticos predominantes entre la juventud española, cuales son los nuevos referentes sociales de los que disponemos, cómo nos influyen los medios de comunicación, cuál es la aportación que podrían hacer los jóvenes españoles para renovar la política nacional... etc.

Por supuesto, los ejes de vuestras opiniones pueden salirse de las premisas aquí incluidas, que tan solo son orientativas.

Os recordamos que este es solo el llamado "tema mensual", a parte de este, podréis en lo sucesivo editar nuevas entradas sobre temas que libremente decidáis.

Esperamos vuestras aportaciones. Pensamos firmemente que de aquí pueden salir todo un crisol de opiniones y valoraciones interesantes y fructíferas.

Se exige concisión en los escritos, como única condición, para no "asustar" a los posibles visitantes jeje.

Un saludo progresista
para todos.