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domingo, 29 de junio de 2008

El valor del cambio


Nothing is better in this life than a beautiful day... o eso al menos debieron pensar los de U2 cuando el sol se habría hueco, de tiempo en tiempo, en la húmeda Irlanda, dejando atrás los rainning days. El sol entre la penumbra de un gélido temporal suele suponer un perfecto símil del valor del cambio que os deseo transmitir.

Parece ser que el motor que articula el conjunto de los hombres en sociedad es aquella definida por el término progreso. Supongo que todos venimos a entender ese concepto como cambio, avance, caminar hacia adelante o mejorar una situación presente o pasada. Es una palabra o concepto bastante ancestral, ya registrada en el latín, progressus.

La "fuerza del progreso" convertida en voluntad de cambio ha llevado a la humanidad hasta nuestros días, introduciendo en la vida de las personas verdaderas mejoras de calidad de vida. El sentido del progreso creo que se puede entender como parte de la propia existencia o naturaleza humana, caracterizando ese sentimiento de mejora, de desarrollo personal, esa necesidad de huir del conformismo, esa búsqueda renovada de la verdad, de dar sentido a nuestras vidas, ya no sólo desde un punto de vista personal, sino colectivo.

Todas las teorías filosóficas, doctrinas de caracter religioso, cada acción del hombre adulto va encaminada en busca de un progreso, ya sea el suyo particular o el colectivo. Luego, todas nuestros movimientos vitales buscan un sólo camino, a veces incierto pero con una misma meta, aunque ésta sea inconsciente.

¿Acaso no es el "progreso social y humano" algo así como la forma de aunar el desarrollo personal de los individuos que viven "libres" en sociedad?

Si abandonamos a la suerte, al más puro albedrío, a nuestras nuevas generaciones... ¿no estaremos incurriendo en una involución de ese desarrollo de la humanidad? Si nuestros chicos no están preparados para ser personas, que no profesionales, pues más importante es lo uno que lo otro, que futuro y que humanidad estaremos construyendo.

Si nos dejamos engañar por las falsas banderas de la libertad y la falacia del moderno progresismo social, nos estaremos cediendo a la opción de que no haya un verdadero cambio. La sociedad, ésta y todas las anteriores, han sido dependientes de un dinamismo que no sólo generaba un avance para la humanidad sino que concertaba la creación y expresión cultural y artística como modelo de cambio, como una manera de expresar ese desarrollo intercultural de transformación de la sociedad, un cambio lento y silencioso que nos trajo numerosas revoluciones sociales, culturales e intelectuales.

Podrá seguir creciendo el ser humano, ser un hombre adulto y maduro, cuando toda la responsabilidad de creación la ha cedido a una dependencia tecnológica y vida acomodada que nos convierte en seres no-autónomos y, por tanto, no libres.

Quizás se otorgue demasiada importancia a la tecnificación de la sociedad del siglo XXI, donde parece que existieran individuos que sólo viven por y para la tecnología. ¿Acaso ésta no es sólo un medio? Y si nos estuviésemos dejando abrazar por una esclavitud tecnológica que nos va robando tecla a tecla el último suspiro de humanidad, el último aliento de personas.

Miedo da quienes, por ende, proclaman a sí mismos representantes de ese cambio, ese progresismo cuando en realidad sólo buscan cambiar e instalar su propio modelo de sociedad, sus ideas y sus teorías.

En mi opinión, el cambio y el progreso es un proceso auspiciado por cada uno de nosotros, en nuestra vida cotidiana. Somos las personas el verdadero motor de la sociedad, quienes debemos decidir cómo ha de ser ese cambio y qué tipo de progreso requiere la humanidad. Un proceso que no debe tener en cuenta sólo al capital, ni sólo a una parte de dicha sociedad por muy representativa que sea.

El futuro lo creamos en todos, tantos los buenos como los malos. Que no se nos olvide.




miércoles, 25 de junio de 2008

La otra guerra santa

Ignacio Arsuaga es un inquisidor 2.0, o un talibán, como prefieran. Preside Hazte Oír, una plataforma ultraconservadora que utiliza internet para perseguir a todo aquel que se interponga en la consecución de su objetivo: imponernos una dictadura católica, sin aborto, ni divorcios, ni homosexuales, ni educación ni ciudadanía.

La última iniciativa de este grupúsculo de radicales ha sido exigir a los anunciantes de la Sexta que retiren su publicadad del programa Salvados por la Iglesia, por considerarlo ofensivo hacia la religión católica. Y por increíble que parezca, han logrado que cuatro grandes compañías -Heineken, El Corte Inglés, Seguros Ocaso y Fujitsu- se arrodillen ante su amenaza de boicot y retiren sus anuncios.

El presidente de la secta, el talibán Arsuaga, está encantado de su éxito (no es para menos) y anuncia que consumirá compulsivamente productos de las marcas en cuestión. Imagínenselo emborrachándose a base de Heinekens, con el aire acondicionado Fujitsu a tope y asegurado en Ocaso -él y su superfamily-. Mientras tanto, los herejes asistimos atónitos a esta nueva forma de inquisición, y a la facilidad con que algunas empresas ceden al chantaje y la amenaza, como diría la AVT.

martes, 17 de junio de 2008

Prosigue la campaña contra las 65 horas semanales en Internet


César Calderón (netoratón) ha lanzado una página web que pretende aglutinar y canalizar la inmensa fuerza del movimiento "anti-65" y convertir la reacción social que ha provocado en la ciudadanía dicha propuesta, en resultados para impedir este grave atropello de nuestros derechos.

Es necesaria una movilización sin precedentes para mostrar desde Internet, una presencia que resulte ineludible para medios de comunicación, partidos políticos y sindicatos.
Tienen que saber lo que pensamos los ciudadanos. Tiene que saber la derecha neoliberal artífice de esta medida, que es así como reacciona el pueblo cuando se le intentan arrebatan sus derechos.

El promotor de esta página web y creador del grupo "65 horas ni de coña", ha tenido a bien incluir en su página web nuestra campaña de recogida de firmas, lo cual quiero agradecer, creo que en nombre de todos los que integramos la Plataforma Juvenil Progresista.

Muchas gracias César. Seguimos adelante, todos juntos, contra esta medida regresiva y profundamente perniciosa para todos los trabajadores europeos.

Saludos progresistas

viernes, 13 de junio de 2008

Lanzamiento de la campaña contra las jornadas laborales abusivas

La Plataforma Juvenil Progresista ha lanzado su primera campaña. Lo hace para protestar contra la propuesta europea de ampliación de la jornada laboral hasta las 65 horas semanales. Consideramos que es un grave retroceso que perjudica directamente a los asalariados europeos. Una jornada de 65 horas semanales implicaría trabajar entre 12 y 13 horas diarias. Una barbaridad que han apoyado la mayoría de los gobiernos de esta Europa neoliberal y socialmente tibia.
Creemos en la Europa fuerte, en la Europa de todos, es decir, en la Europa de los ciudadanos. De los ciudadanos con derechos ajustados al siglo XXI y no al XIX.
Hemos puesto en marcha una página para firmar y adherir tu apoyo a nuestra campaña http://www.firmasonline.com/1firmas/camp1.asp?C=1565

Cuando alcancemos las firmas suficientes, remitiremos una misiva a todas las asociaciones, partidos, sindicatos y grupos europeos tradicionalmente ligados a la lucha por los derechos de los trabajadores, para que pasen de la voz a la acción. Del NO verbal al NO en la calle, en las pancartas y por supuesto, en el Parlamento.

Queremos detener esta iniciativa, queremos mostrar nuestra solidaridad con nuestros conciudadanos europeos. Queremos una Europa social y podemos conseguirla.

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Exigimos una manifestación a nivel europeo contra la ampliación de la jornada laboral hasta las 65 h

A.A.: "Sociedad Europea, partidos y asociaciones sindicales

Exigimos una manifestación a nivel europeo contra la ampliación de la jornada laboral hasta las 65 horas semanales para llevar nuestra voz al Parlamento Europeo

Los ministros de Trabajo de la Unión Europea aprobaron, con la abstención de España, Hungría, Grecia, Chipre y Bélgica, ampliar la jornada laboral hasta un máximo de 65 horas semanales (esto es, entre 12 y 13 horas semanales).

La Organización Internacional del Trabajo, hace 91 años, consagró el derecho social a la jornada de 48 horas semanales. Con la nueva medida se está destruyendo de un plumazo todo aquello por lo que el movimiento obrero, desde sus inicios, ha estado luchando: 8 horas de trabajo, 8 horas de descanso y 8 horas de educación.

Con medidas anti-sociales e impopulares como esta, Europa se está alejando de la ciudadanía y sus problemas reales. No es justo que en tiempos de crisis económica sean los trabajadores, las personas de menores recursos, quienes deban pagar trabajando más, sin posibilidad de ampliar sus horas de ocio o el tiempo con sus familias.

Por otra parte, más horas de trabajo no implica un aumento de la productividad y de la competitividad económica europea. Mientras la crisis persista, los precios sigan subiendo, el petróleo se mantenga al alza y el consumo se contraiga, millones de empleos se verán amenazados doblemente, ahora también por la coacción empresarial que puede derivarse de la asunción de esta medida. Puede que para tener un contrato laboral haya que aceptar este “voluntario” ofrecimiento patronal de trabajar hasta 12 y 13 horas diarias.

Queremos que se retire esta medida, que sea rechazada en el Parlamento, que los eurodiputados piensen en los trabajadores, en sus familias, en todos los problemas que acarrearían para ellos y sus familias más horas de trabajo.

Pedimos también a todas las organizaciones políticas, sindicales y sociales a los que va dirigida esta petición que no sólo se rechace verbalmente esta medida. Queremos dar la oportunidad a todos los ciudadanos europeos de expresar su negativa al retroceso en los derechos laborales.

Todos, el mismo día, a la misma hora, toda Europa unida por fin, desde la ciudadanía, desde su base cívica, manifestémonos para exigir una Europa Social que garantice los derechos de todos los trabajadores y trabajadoras.


FIRMA PARA INSTAR A LOS PARTIDOS, SINDICATOS Y ASOCIACIONES EUROPEAS A UNA MOVILIZACIÓN CONTRA ESTA MEDIDA

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Rogamos colaboración y difusión de la campaña, sobre todo a los miembros de la Plataforma, mediante posts en vuestros blogs personales, foros, etc...


miércoles, 11 de junio de 2008

El europeo autómata


Me siento perplejo como todos, ante la pretensión de aumentar las horas de trabajo en Europa llegando en algunos casos a la execrable cifra de 65 horas semanales, parece que los primer ministro de algunos países (Francia, Italia) y algunos economistas europeos han sido cegados por abruptos indicadores económicos olvidando el bienestar y la cohesión social de la mayoría de los europeos, este es el caso de J.C. Trichet, que se obstina en mostrarnos la mala deriva de nuestra economía y realiza una política monetaria restrictiva, (que se suele aplicarse en tiempos prósperos, incremento de los tipos de interés, control de la oferta monetaria...), en cambio, este hombre que aduce que hay que "abrocharse el cinturón", se subió el salario en 2007 un 2%, dando ejemplo


.El PIB,es una variable que no muestra el bienestar, en cambio sí refleja el deterioro de los ecosistemas, el gasto en armamento... muchos lo perciben como una calculadora que suma desgracias y resta algunas funciones beneficiosas para la Sociedad. Muchos economistas aluden a estas variables para justificar las políticas neo liberales, ¿Pero realmente un PIB elevadísimo comporta un beneficio en la Sociedad?, por ejemplo los estadounidenses exhiben su PIB como el orgullo patrio, en cambio este país se encuentra el vigésimo segundo dentro de los países desarrollados en una efectiva distribución de la renta, solo por debajo de Rusía y Mexico,y en otros asuntos en los que EEUU recoge datos bochornosos, como la gran disparidad salarial....


Aunque no hay que descuidar los derroteros de estos indicadores, tampoco debemos descuidar el beneficio de la colectividad, entonces, ¿por qué algunos dirigentes europeos actúan de forma tan negligente al proponer este tipo de propuestas o al querer trasladar el sistema laboral norteamericano a Europa?,en mi opinión la verdadera función de un Estado en el marco económico es propiciar una coyuntura óptima para que la Sociedad satisfaga sus necesidades, recetas como esta, nos vuelven al siglo XIX b , al salario a destajo, a un número de horas descabelladas....,todo en pro de una situación económica (para unos pocos) exultante


.La consecución de las victorias laborales en Europa fue y es una lucha muy tediosa, esa reivindicación ha hecho proclive que los europeos podamos "trabajar para vivir", gozando de más tiempo libre y siendo más productivos en nuestro horario de trabajo, en algunos países de Europa se ha impuesto la idea de que un trabajador es más productivo cuanto menos preocupación y precariedad tiene en todos los planos de su vida cotidiana, de este modo, podrá concentrar todo su potencial en las 8 horas de trabajo diario, bajo esta premisa debemos seguir avanzando desestimando estas medidas que no provocaran nada más que desazón en el entorno de los trabajadores.


Tal y como ha apuntado Javí, hoy no es el día específico para hablar de EPC (A mí también me ha llegado ese correo), es una muestra del eclipse de los intereses de los trabajadores por los de Partido.

Esta medida no une a Europa bajo un proyecto común, sino todo lo contrario, esperemos que se quede en "papel mojado

"8 horas de trabajo, 8 de descanso y 8 de educación"


Me sumo desde aquí a mis compañeros en su crítica frontal y sin reservas a ese despropósito de las 65 horas semanales . Un disparate que como dice Javi, aleja irremisiblemente a Europa de sus ciudadanos.

Ya tienen los irlandeses un motivo más para votar NO a Lisboa dentro de unos días. El plan B constitucional a la basura y vuelta a empezar. Europa sin encontrar vertebración política y sus trabajadores, por añadidura, viendo mermarse esos derechos laborales que creía imperecederos.

Y es que esta no es la Europa que quieren los ciudadanos.
Una Europa en la que sea legal (y me temo que necesario) trabajar hasta 12 y 13 horas diarias, rompiéndose así con toda la legislación laboral vigente, con el derecho europeo, con las negociación colectiva y con todos los derechos conquistados por el movimiento obrero a lo largo de más de un siglo y medio de lucha.
Esta es la Europa de los mercaderes, (a la que hice referencia en mi anterior reflexión).
La Europa que no solo no mira por la conciliación entre la vida laboral y la personal, sino que destruye la segunda en beneficio único de la primera. La Europa que convierte a sus ciudadanos en máquinas, en meras unidades productivas sin derecho a tener derechos. La Europa que en lugar de ocuparse de los retos del siglo XXI, nos retrotrae al XIX.

Esta es la Europa de la injusticia, pero es la Europa que tenemos actualmente gracias a los gobiernos que la franquicia del neoliberalismo ha implantado por doquier en suelo europeo, contando además con la inestimable colaboración de otros ejecutivos como el británico, que sinceramente, no sé muy bien a qué está jugando.

El gobierno de España, junto al resto de partidos socialistas europeos y los de la izquierda verde, más los sindicatos y la sociedad civil, conformarán "un frente democrático" en contra de esta medida por injusta, regresiva e inmoral.
España acataría esta normativa (que aún ha de ser ratificada en el Parlamento Europeo) de haber sido otro el resultado electoral del 9 de marzo, no me cabe la más mínima duda.
La franquicia política de los mercaderes españoles defiende los mismos intereses que sus colegas italianos, franceses o alemanes.

Sobre estos pilares torcidos es imposible edificar una Europa social y ciudadana, tal y como es nuestro propósito.
Este disparate debe ser paralizado en el Parlamento. La Europa social debe nacer en las calles, esta es una buena oportunidad. Los propios trabajadores tienen que trazar la linea roja, el límite donde se encuentran esos derechos que ningún gobernante, que ningún empresario debería transgredir.
Volvamos al "8 horas de trabajo, 8 de descanso y 8 para formarse y vivir" si hace falta, pero no permitamos que se violen los derechos de los trabajadores europeos.

Salvemos la Europa de los trabajadores

Los ciudadanos no se alejan de Europa: es Europa la que se aleja. Concretamente al siglo XIX, al siglo del liberalismo rampante, de las nulas protecciones laborales, de la explotación del hombre por el hombre. Esto será bueno, en todo caso, no solo a los intereses de los neoliberales y a los que aún vivían en el marxismo decimonónico. Sus mentiras se ajustan a la realidad, tristemente. El siglo XXI resultará ser un XIX bis.

Estas medidas tan nefastas para el trabajador, para las familias y para el empleo, cuentan con el beneplácito de los gobiernos conservadores, las “leales oposiciones” conservadoras e incluso con apoyo de gobiernos de izquierdas como Reino Unido o Portugal. ¿Dónde están los conservadores? Estas medidas impiden la conciliación familiar. ¿Dónde están los progresistas? En la oposición y callados.

Menos el Gobierno de España, que es el único altavoz en Europa que ha clamado con fuerza contra esta regresión social. Van a liderar un frente amplio con el resto de partidos socialistas y sindicatos, todo un movimiento social, para frenar la propuesta regresiva. Lo primero es tumbarlo en el Parlamento Europeo.

Noticias importantes:


El Partido Popular ya ha dicho que le gusta la medida. No es nada anormal, ya sabemos lo que quieren: que las crisis las paguen los trabajadores, destruyendo su relación con sus familias, ellos, los defensores de la familia. ¿Veremos una manifestación del Foro de la Familia contra esta medida? Esperemos que sí, por coherencia.

Para las Juventudes Socialistas de España es más importante mandar correos para que votemos No a una encuesta en El País sobre la objeción de conciencia de Educación para la Ciudadanía (indicando claramente lo que tenemos que votar, como si fuéramos idiotas), que por ejemplo pedir que votemos en otra encuesta del mismo diario, contra las medidas de regresión. ¿Qué es más importante? Los trabajadores por encima de todo.

Si viéramos las ventajas de estas medidas, es la posibilidad de reconciliar a la ciudadanía con el socialismo europeo. Es hora de ir todos a una: No a la regresión. Al Parlamento Europeo, a los parlamentos nacionales. Hay que remarcar nuestro compromiso histórico con todos los trabajadores, que son la inmensa mayoría de la ciudadanía. Sus familias, derechos y vidas están en peligro por la derecha, y no hay que pararse. Huelgas, protestas… lo que sea. Pero todo eso con una premisa: todos unidos. La conciencia europea no para constituciones, mercados o intereses nacionales. Intereses colectivos, intereses laborales: la Europa social, por encima de la Europa dividida.

martes, 10 de junio de 2008

Miserias de un Hombre sin Humanidad



Nada es lo que parece ser. Sólo eso. La borrasca camina a paso lento, como un pasodoble silencioso. La tormenta se siente gustosa al tener de su lado el efecto de lo inesperado, la inquietante sorpresa de lo alineadamente no planificado.

Suenan campanas de crecida inundación, invasión insesgada entre espías de lo invisible, de esa
aurora que otorgó en el pueblo la maquiavela sensación de sentirse libre y protegido. De esamera ilusión de grandes avances conseguidos, de esa utopía de que las clases marginales podrían codearse con los poderosos, esos seres que mueven y tejen el destino de los estados que ejercen la honorable misión de controlar el "orden público", su orden, su status.

Crece el descontrol de una situación tantas veces repetidas en el pasado, donde hoy el pueblo saborea la migaja del logro para luego volver a la oscuridad ancestral del "sin derecho".

Porque cuando la Historia se repite, sucede que todos hacen eco de los mismos pasos y errores que antaño cometieron sus antepasados. Ya se ve, o se verá, que nuestro destino es el que "fué" porque por muchos logros, bienestar, tecnología y sabiduría... el ser humano no ha progresado absolutamente nada en materia social y humana. ¿Dónde está todo el crédito de la revolución industrial, de las ciencias, de la tecnología?

EL hombre se ha olvidado de ser hombre y se ha dejado llevar por la inercia del que abandona el arte y las humanidades, rechanzado el saber por creerse en manos de un Dios poderoso de nombre Don Dinero, que todo lo compró, todo incluida nuestra libertad.

de la certeza de vuestras creencias y opiniones, de lo alarmante de vuestras miradas, de la insensatez de mis palabras ante vuestra firmeza comprada. Y es que ante el ombligismo garante de una vida acomodada, aunque temporal y divina en sí misma, no hay pasión que mengue.

Son vuestras mentes las que han caído ante el ego de un oscuro porvenir, adornado con cariz de "el mundo es así, no es nuestra responsabilidad" porque "ellos hacen y deshacen". ¿Cuándo pusimos nuestra vileza en manos de mercaderes? Me pregunto como la humanidad pudo dejarse seducir por una libertad que la convertía en objeto de intercambio, en mero instrumento de los mercados, en juquete de las manos opulentas.

Incluso me pregunto por que la masa, el pueblo, el único valedor de su autentico destino se deja zarandear y manipular, me pregunto como permite que la politica sea beneficiara de los poderosos y no del pueblo, me pregunto cuando se tuvo libertad si el poder nunca cambió de manos, ni el orden pasó a potenciar politicas para la vida y no para el negocio de los capitales.

¿De verdad hubo Revolucion Francesa o Mayo del 68? No sería todo puro espejismo, una mísera migaja para acallar su consciencia, una manera de aplacar la esperanza de un futuro mejor en libertad, de acción y paz social.




sábado, 7 de junio de 2008

Vuelta al siglo XIX

Según informa El Plural, el Consejo europeo de ministros prevé aprobar la posibilidad de ampliar la jornada laboral hasta las 65 horas semanales. La deriva derechista y neoliberal más radical de muchos gobiernos europeos, con la vuelta de Italia al rebaño de las derechas, puede deteriorar las relaciones laborales.

El Gobierno español ya se ha negado a apoyar y aplicar esta, esperemos que no, futura directiva europea. Esto supone la destrucción de todo lo conquistado por la clase trabajadora desde sus inicios como movimiento. Es la vuelta a la explotación, a no vivir del trabajo sino vivir para el trabajo. Como podemos temer, en tiempos de crisis quienes sufren no son las élites sino los trabajadores. Si se aprobara, ¿empezarán por aplicarlo desde las directivas? Reduciendo su ya de por sí elevado salario, es lo que tendrían que hacer.

España no lo hará. Pero, ¿y si volviera la derecha? Así actúan los liberales, tomemos buena nota. Y que tomen nota los trabajadores europeos, y la izquierda europea: no a volver al siglo XIX.

miércoles, 4 de junio de 2008

Europeismo de nacionalidades divergentes

El proyecto de construcción europea es una panacea de la que se sostentan muchas almas burocraticas, funcionarios de moderna estirpe que desean altas cotas de dignidad en pro de un representación cada vez mas desapegada del pueblo.

En este espacio, en medios de internet, espanoles que siguen al PSOE y al PP, todos somos ahora europeos y nos aferramos a la bandera del europeismo. Si ellos dicen sí, el pueblo los sigue como muestra de fiel borreguismo, si tan siquiera conocer qué es Europa o en que nos afecta el "Tratado Europeo" (Constitución Europea). España parece un pueblo sin personalidad.

No me remito a un juicio de valor de si es adecuada una integración europea, la cual valoro como positiva.

Creo que el pueblo español es altamente manipulable por consignas que nos venden los medios de presión. Creo que durante años fue bueno para Espana entrar en la Comunidad Europea por el flujo de capital que recibimos, muestra de ello es el auge de nuestra economía, aunque quede ahora al descubierto que los cimientos empleados no fueron los adecuados, una economía basada en la construccion y turismo, sin buscar una verdadera diversificacion industrial o el fomento de una sociedad del conocimiento y la investigación mas allá de las meras palabras, cuyo unico objetivo es contentar y aranar votos.

En cuanto a Europa, creo que muchos la equiparan al Olimpo y otros tanto la denigran a la escoria. Ni una cosa ni otra, quizas ambas a la vez.

Intentaré explicarme... como pueden muchas personas hacer bandera de algo que no conocen, como pueden tantas opiniones ser vertidas sobre una materia, si aquellos que se manifiestan apenas conocen parte de su país.

La construcción de la Unión de Estados de Europa es tan simple y complicada como el proceso de construcción de una casa. En mi opinión, se estan usando mimbres y parches para este proceso de "unificación" sin partir de unas verdaderas bases de consenso que proporcione un paulatino tejido social (mas que empresarial).

La Unión Europea debe respetar la soberanía de cada uno de los pueblos, ser una integración cultural tolerante con las minorias y mayorías, una region muy diversa y rica que no debe olvidar un pasado comun y un mismo punto de partida, las humanidades, artes y ciencias... verdadero motor de las economías y de la sociedad ilustrada.

Europa no se ha construido de ayer para hoy, ni quedara constituida como referente en 5 años. En mi humilde opinión, Europa como supraestado no debería tender a unificar sistemas educativos o determinadas políticas, mucho menos a imponer ninguna medida si no existe un consenso muy amplio.

Creo que un paso esencial para el europeismo, si es que a ello se aspira, es saber converger desde las diferencias nacionales de cada región hacia un mismo espacio comun que abandere el progreso de la Unión. Y que mejor comienzo que la aprobación de una asignatura obligatoria donde de enseñe, no adoctrine, a los jovenes la Historia de esta Europa y que se les familiarice con las instituciones y modo de vida de otros estados miembros. Esas serán, sin duda, las generaciones que construirán y consolidarán la Unión, lo demas será "cuento patatero" y una secuencia infinita de fracasos y exitos mal encaminados.


*** Pido disculpa por los errores ortográficos: tildes y eñes ***



martes, 3 de junio de 2008

La crisis de los altos sueldos

Los sueldos de los directivos de las empresas del IBEX ganan de media 17 veces más que sus empleados, leo en la portada de Público. Del Banco Santander, por ejemplo, un directivo puede ganar 3.146.260 euros anuales. Un empleado, 49.698 euros.

¡Y hay crisis! Dicen. La economía en crisis, nos alertan las grandes empresas. Temen los números rojos, la caída de las ventas… pero más lo temen sus empleados, que son quienes deberán compensar la bajada de beneficios con su empleo. A la calle.

Y me pregunto, ¿qué puede hacer uno un año para tener que ganar más de tres millones de euros? Es demasiado dinero, ni toda una lista de lo que deseo podría llegar a la décima parte.

¿Por qué en las crisis capitalistas han de pagar siempre y sólo los trabajadores? ¡Un poco de solidaridad! Esa élite económica que tanto se asusta por los mercados cuando vienen Estatutos, proclamas secesionistas y gobiernos de izquierda, ¿lo hace por patriotismo? No, lo hace por el mercado, su cuota de mercado, que nadie se la quite y que se queden sus “amigos” en el gobierno (la élite económica suele tener muchos amigos en el gobierno cuando es la derecha quien gana).

La clase trabajadora lo ha dado todo por la economía nacional y por la patria: su fuerza en el trabajo, su vida en las guerras. Son las clases trabajadoras quienes nutrieron los ejércitos aliados y enemigos de las dos guerras mundiales. El sostén de las democracias fue el esfuerzo de esas personas anónimas que lo dieron todo por la libertad. ¿Qué hemos hecho? El mundo que existe sigue siendo infinitamente injusto.

El neoliberalismo imperante ha condenado a la miseria a la clase trabajadora, a su estancamiento y a arrebatarle las esperanzas: los gobiernos de la izquierda no son capaces de, o no quieren, destruir los privilegios de la élite económica. El neoliberalismo ha alzado a esa élite a un Olimpo protegido donde su mundo es todo lo que han ambicionado, frente a la gran masa de personas, entre las que pueden vivir y las que lo hacen muy a duras penas.

Es hora de cambiar. En primer lugar, poner en jaque a esas élites: si la derecha reclama tanto patriotismo, tanta nación y tanta tontería, exijamos a la élite el mismo sacrificio patriótico que hacen los trabajadores. Que sacrifiquen parte de sus abultados salarios para todos los recursos necesarios a la diversificación económica, a la investigación, al desarrollo, a la Seguridad Social. Exijamos ahorro, exijamos calidad comercial. Exijamos, básicamente, humanidad.

Sus salarios son muy abultados, pueden renunciar a una gran cifra sin problemas para su vida de lujo. Yo estoy a favor del libre comercio, de la libre competencia y del enriquecimiento personal, pues es el premio por el esfuerzo laboral y empresarial para llegar a la cima. Pero pongamos unas bases y una responsabilidad social, unas barreras, un “hasta aquí”. La propiedad es privada y está sujeta también al interés social. Que los salarios también.

Si no, ¿qué habrá de ese patriotismo? ¿Qué harán por la “gran nación”?