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miércoles, 23 de julio de 2008

La política territorial española a contracorriente de Europa.



Después de largo tiempo sin escribir por estos lares, un tiempo en el que no he dejado de leer las interesantes reflexiones que en esta plataforma se van sucediendo, he echado en falta una cierta crítica a las tendencias poco lógicas de la izquierda española en aceptar los postulados del nacionalismo más vetusto e insolidario. Y el tema de este mes, ¿La izquierda europea y nacional van por buen camino?, es una buena oportunidad, creo yo, para que reflexionemos al respecto, si lo creéis conveniente.
Por un lado pienso que los compañeros que no conocéis de primera mano la convivencia en las comunidades en las que la implantación nacionalista tiene más fuerza, en cierto modo no llegáis a ser conscientes de la importancia de la suplantación de los valores de la izquierda por parte de colectivos que poco o nada tiene que ver con los valores tradicionales de este movimiento. Y con este escrito abierto me gustaría que tomaramos conciencia de lo que realmente está ocurriendo, o que en todo caso aportaramos cada uno de nosostros nuestra propia luz a un tema que a un colectivo cada vez mayor de personas nos preocupa y afecta.
Un asptecto de rabiosa actualidad es este momento es el de las balanzas fiscales, que en mi modesta opinión cae por su propio peso y no necesita una explicación demasiado detallada, dado que es evidente que en una sociedad avanzada, justa, democrática y solidaria, los que más tienen son los que más deben aportar. Si mirásemos las balanzas fiscales del barrio de Pedralbes respecto al de la Mina, estos últimos no tendrían ni agua potable en sus viviendas.
Por otro lado, el tema de la lengua está siendo manipulado por los extremos, que siempre acaban tocándose, pero hay una realidad que no podemos obviar, y que la izquierda española no debería esquivar, que es el derecho a ser educado en castellano en cualquier punto de España, cosa que actualmente no ocurre y que en ocasiones cercena la igualdad de oportunidades de los niños de lengua materna castellana (50% de la población).
Hay infinidad de asuntos que tratar respecto a este tema, pero no quiero extenderme demasiado, aunque si me gustaría lanzar una pregunta al aire:
¿Qué está ocurriendo?¿Por qué extraña razón el Psc e Ic en Cataluña van a firmar junto con los independentistas radicales, por ejemplo, una nueva ley de educación que les da competencias totales en horarios, que se pasa por el forro las leyes educativas actuales, la constitución y todo por evitar que se hagan 3 miserables horas de castellano en las escuelas? Os puedo asegurar, como docente que soy, que el nivel de castellano en muchas aulas catalanas no es nivel, directamente no existe, y sinceramente creo que no tiene razón de ser, que no es justo, que no es normal que no es progresista, que es reaccionario, muy reaccionario y que solo atiende a las ansias de construcción nacional de un pequeño sector de la población, que no es mayoritario pero que hace mucho ruido, tanto ruido que ha hecho taparse los oidos a una supuesta izquierda catalana que mira para otro lado, mientras en el resto de España nadie dice nada no vaya a ser que nos llamen fachas.
El tema es complicado y da para mucho debate que espero se abra a partir de aquí. La situación de los que nos rebelamos ante estos planteamientos no es fácil, hay que pagar un peaje caro...
pero si realmente deseamos construir unos cimientos sólidos para una izquierda española y europea que mire al futuro con ansias de cambiar el mundo haciéndolo progresar en libertades, justicia social, igualdad, solidaridad, justicia y tolerancia este es un tema que no debemos dejar pasar.

Salud

martes, 15 de julio de 2008

"La Historia de la Humanidad, es la Historia de las migraciones"



Creo que este es un lema que refleja con fidelidad el comportamiento humano, la gente del mundo emigra para mejorar su calidad de vida y la de su familia , el mundo se mueve en constante dinamismo, los que ayer emigraron a Alemania... hoy pueden acoger a otras personas que como ellos tuvieron que irse de su zona natal, no parece tan lejano cuando España era un país exportador de ilusiones y aspiraciones de un futuro mejor, no es tan rocambolesco que hace apenas 30 años España tenía 2 millones de oriundos trabajando fuera, estoy seguro que algún tío, abuelo o incluso padre ha tenido que emigrar a zonas más desarrolladas, en estos treinta años de democracia hemos vivido un cambio sustantivo en el bienestar de la población española, y por tanto hemos configurado una concepción sedentaria de la vida.

Yo como muchos otros de la Plataforma me considero un ciudadano del mundo, creo que es la mejor disposición para solucionar los problemas que atribulan al mundo, hoy más que nunca se necesitan soluciones globales a problemas globales.

Los Gobiernos actúan de forma banderiza según la situación, los que ayer hacían una política a favor de la integración, hoy pueden incitar la segregación, todo varía según los derroteros que tome la Economía.

Al acabar la II Guerrra Mundial muchos culparon a la inflación del advenimiento del nazismo, en Italia un post-fascismo monopolizador invade todas las Instituciones dejando inútil las garantías que impiden que a muchos romani como el padre de Rebbeca Covaciu sean vejados por la policía, en situaciones peliagudas brota una xenofobia totalmente falaz, hagamos todo lo posible para que en coyunturas económicas delicadas no azucemos el odio al diferente.

Mucha gente despotrica del diferente, empero no ha gastado ni un ápice de su tiempo en tratar de comprender porqué vienen aquí, esta gente actúa de forma muy estólida, además resulta algo incomprensible que se culpe a todo un colectivo de altercados provocados por uno o dos individuos que pertenecen a esa comunidad.

Estoy convencido que si todos ampliamos nuestras miras y superamos la cerrazón que implican frases fáciles basadas en ideas estereotipadas podremos percibir que no somos tan diferentes.

La inmigración es utilizada de forma inicua para eclipsar los verdaderos problemas que padecen muchos asalariados de este país, esto no aporta nada para el buen funcionamiento de la Sociedad, además requerimos de mano de obra extranjera para poder mantener el nivel de vida actual y con más profusión en el futuro (con el pago de pensiones...).



Para propiciar un marco de bienestar, diversidad y tolerancia necesitamos voluntad de todas las partes, Institucionalmente, para que el inmigrante aprenda un mínimo del idioma, Instituciones y leyes que rigen este país, trabajando con los países en vías de desarrollo o subdesarrollo para contener los flujos migratorios, según mi opinión la mejor forma es condonar la deuda externa, propiciando una Industrialización responsable en la zona que produzca beneficios en la zona, ceder el 0,7% y garantizar que el fin es cumplido creando comisiones . Todos estos proyectos no serían eficaces sin el ademán de la iniciativa privada.

En el plano interno debemos constituir un modelo secular basado en el sistema multicultural de integración, esto implica la "unión en la diversidad" es decir, las Instituciones Públicas no escoran una identidad específica, si no que se mantienen neutral en ese ámbito, no creando un sistema alternativo opuesto radicalmente a la religión, y respetando las manifestaciones religiosas de particulares.
Alberto y Bitdrain han escrito otros artículos más detallados sobre la inmigración que se encuentran más abajo.

Saludos

lunes, 14 de julio de 2008

Rectificación

Errar es de humanos y rectificar es de sabios, dice el dicho. Como yo mismo le digo a David, espero algún día alguna autocrítica suya, ya que, por criticar a todo, por qué no criticarse a uno mismo. Así que me aplico el cuento y me critico de haber leído mal la convocatoria de las Juventudes y donde leí 14 eran las 14.00h del día 16. Espero que se me perdone por tener bastante miopía y estar condenado de por vida a llevar gafas. El error y la rectificación nos honra.

Pero la cuestión central no es esa, ésta, como diría Fraga, es una “menudencia”. Aunque me llama la atención que no vayan a aceptar, como ponen, enmiendas de última hora, como sí se ha hecho en anteriores ocasiones, máxime cuando sigo pensando que los plazos son mínimos por la dificultad de elaborar enmiendas en período estival, con muchos compañeros disfrutando de las merecidas vacaciones.

La cuestión central es toda mi crítica al PSM y a JSM, de lo que no rectifico, porque, tomando el lema de la pasada campaña electoral, “hay motivos”. Y hay motivos para seguir creyendo punto por punto toda mi crítica. Preferiría equivocarme en esto más que en lo anterior, porque me parte el corazón que los esfuerzos de miles de compañeros se dilapiden en ambiciones personales sin proyecto.

Lo que pretendo, con esto, es invitar a la reflexión personal. No sólo basta reconocer el error, hay que rectificar. Como yo mismo también estoy sometido a poder equivocarme, creo que es una obligación rectificar. Y no pasa nada. Y lo mismo invito a todo aquel aludido. Rectificad. Y no pasará nada. Y os habréis honrado a vosotros mismos y a vuestros compañeros. Es más, este tema, está abierto a todo comentario, a toda réplica, dentro de la educación. Si se quiere rebatir lo que escribo, por favor, hacedlo. Si no, entiendo el silencio como afirmación.

Si no yo gano nada criticando. Es más, pierdo; y perdemos todos. Pero, ¿cómo podremos criticar los errores ajenos si no nos vemos los propios primero? Esta crítica no es una crítica vacía de contenido, es una crítica constructiva. Os invito a la reflexión. No sólo está en juego los ideales de muchos compañeros, está en juego la confianza que millones de personas nos depositan para luchar por ellos. Ése es el único objetivo del socialismo, y no el interés propio.

sábado, 12 de julio de 2008

África como cárcel


Durante los últimos días hemos hablado aquí sobre la inmigración.
Al mismo tiempo, llegaban a nuestras costas nuevas remesas de expectativas quebradas. El insoportable drama de la inmigración clandestina nos dejaba muestras de su dureza más absoluta con la muerte de esa decena de bebés en el último cayuco dirección Canarias.

Esta es una cuestión demasiado caliente y lacerante como para analizarla desde la frialdad que sí permiten otros temas.
Hablar de inmigración clandestina es antes que nada, hablar de desigualdad.
De países empobrecidos, asfixiados y profundamente deprimidos. Países agotados bajo la explotación de un tirano o bajo unas condiciones de guerra, analfabetismo, enfermedad endémica y conflicto que no pueden más que dejar marchar a sus cerebros y sus brazos nacionales en busca de una vida cuanto menos digna.

Es hablar de mafias. De intermediarios que, aprovechándose de esta tesitura organizan desesperados viajes hacia la incertidumbre cuyo precio asciende a los ahorros de toda una vida. Es hablar del país receptor, del país extraño y pretendidamente próspero que bien o mal ha de acoger a estas personas.

Entra entonces en juego la Integración, que es el ejercicio primordial a realizar por el país receptor. Pero el otro pilar (como las míticas columnas de Hércules) se encuentra al otro lado del estrecho: la Cooperación al desarrollo.

Los países emisores son, como se ha dicho (y como todos sabemos) países que en el mejor de los casos se encuentran en "vías de desarrollo", pero que en cualquier caso, siguen, tantos siglos después, practicando una agricultura de subsistencia que no permite levantar el vuelo a la economía nacional.
El siguiente problema que asfixia estos países tiene una raíz política: los gobiernos del África sub-sahariana se entregan en cuerpo y alma al oscurantismo de las multinacionales que exprimen con el beneplácito de los gobernantes corruptos, los recursos naturales de uno de los continentes más ricos en materias primas.

De estas dos dramáticas realidades surgen dos soluciones radicales, dirigidas a desarraigar el problema en su origen.
La cooperación y la ayuda al desarrollo que, con proyectos concretos, rompa de una vez el círculo de pobreza y subdesarrollo y favorezca la generación de capacidades y potencialidades que aceleren la revolución industrial pendiente desde hace siglos en ese territorio.

Muchos países "del primer mundo" tienen un compromiso incompleto, parcial y a veces fingido con el Africa subsahariana, y así lo demuestran mediante la aportación anual de un porcentaje de su PIB (España se acerca al 0,7% sugerido por la ONU).
¿Pero dónde va esa ayuda, cuando debe gestionarla un gobierno títere de intereses creados, cuando debe distribuirla un cacique al que no le importan sus ciudadanos ni su nivel de vida?. Como la gran mayoría de los problemas, este tiene también, en parte, una resolución política. Hace falta que los países desarrollados (se entiende que también lo son en cuanto a Derechos Humanos, Democracia y libertades), se comprometan a llevar a cabo una definitiva y efectiva descolonización de África, que haga de estos países verdaderas naciones y no deplorables regiones-despensa dirigidas por un tiránico capataz y mangoneadas desde fuera (desde EEUU y la UE) para mantener nuestro tren de vida que se demuestra cada vez más y más insostenible y próximo al descarrilamiento.

De nuevo reclamamos desde aquí un cambio titánico... Una inversión de las mentes, una humanización de la vida política, unas nuevas reglas del juego, una justicia radical que casi nunca es atentida desde las altas esferas.
Ojalá quien gobierne el mundo mañana tenga más corazón. ¿O mañana será ya demasiado tarde para uno de cada dos pobladores del mundo? esos que viven y mueren por debajo del umbral de la pobreza.

Reflexión de Alberto Ginel Saúl

No hay más ley que mi capricho

Leopoldo Alas, Clarín, escribió una vez en “El Solfeo”: “Y el cacique demostró con sus hechos aquel dicho: no hay más ley que mi capricho, aquí el Estado soy yo. Él sirve de providencia y es juez en última instancia, todo pleito él lo sustancia, toda causa él la sentencia. Él engendra diputados y distribuye estanquillos…” qué razón, cuánta razón tenía en su época. Y, por desgracia, cuánta razón sigue teniendo hoy en día.

Porque las Juventudes Socialistas de Madrid pecan de estos defectos. Se convocó el Comité Regional extraordinario para enmiendas y delegados al Congreso del PSM el pasado día Viernes 11, para celebrarlo el próximo día Domingo 20. Asimismo, el límite de presentación de las enmiendas al texto de la Ponencia Marco expira para las JSM el Lunes 14. Teniendo en cuenta que hoy se ha publicado la Ponencia Marco, sin enviarlo a ningún compañero de las JSM, sería muy difícil ponerse a trabajar cuanto antes por falta de información. No es solo falta de información, es desidia. Tampoco hay que dirigir exclusivamente la crítica a la dirección de las JSM, los plazos dados por el PSM, convocando el Congreso justo después del verano y obligando a los procesos locales y regionales en época de vacaciones, es una forma de coartar la participación masiva en los órganos del Partido y de las Juventudes.

Muchos, al empezar jóvenes a militar en las Juventudes, guardábamos amplios ideales, una energía infinita por participar, por ayudar, por darlo todo para el proyecto. Creíamos que las Juventudes serían un paraíso de la honestidad, puesto que estamos mucho más apartados del aparato del poder. Creíamos. Decía Lord Acton: “El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Toda la razón.

Con el tiempo, observando todas las triquiñuelas, toda ambición huérfana de ideas, todo personalismo superlativo y tanto trepismo descarado, nos preguntamos: “¿dónde quedaron las ideas de la izquierda? ¿Cuándo fue abandonado la preocupación en la sociedad, intercambiado por una preocupación de “qué hay de lo mío”?”

Con el tiempo, nos hemos ido desencantado y entristeciendo. Pero no nos hemos rendido. Por mucho que haya caciques haciendo y deshaciendo a su antojo en las Juventudes, por mucho silencio que hagan a los que se dejan todo por un proyecto, por unas ideas, no nos hemos rendido.

Ante todo, por lo que haga o deje de hacer la dirección regional de JSM, más preocupada por buscar un hueco en las listas electorales a las Cortes Generales que a darse visibilidad a una juventud madrileña en manos de la derecha, nosotros no nos rendiremos. Pero, ¿qué visibilidad puede haber sin ni siquiera existir un proyecto que ofrecer? La labor de las agrupaciones locales no está tenida en cuenta, y, si alguna es molesta, se organiza una moción para tumbar a sus dirigentes o se niega su constitución, como en el caso de otras. Incumpliendo estatutos, además.

Como jóvenes de entre los jóvenes, creíamos que el mérito era la medida en tu sitio dentro del organigrama. Ni qué decir que qué craso error. Si resulta que no es el mérito sino el compincheo y el interés personal. No importa que la ejecutiva se pueda llenar de gente sin mérito, porque no medirán su éxito por logros tales como la influencia de las Juventudes en los jóvenes madrileños, sus campañas y sus protestas, sino que lo medirán basándose en si han conseguido o no sus objetivos personales, que pueden ser resumidos en una palabra: cargos. No hace falta ya proceder de la vida profesional a la vida pública: se pasa directamente a la vida pública, es el único oficio y beneficio que muchos conocen. Es toda una novedad, ¡la organización juvenil de un partido llamado obrero controlado por quien no tiene más experiencia que haber empezado la universidad!

Tendremos unas JSM ineficaces, desaparecidas, al mismo tiempo que un PSM ineficaz y desaparecido. Nosotros queremos que Tomás Gómez, aunque guste a unos más y a otros menos, sea un líder de la oposición fuerte, con un proyecto alternativo serio, y sea visto, y conocido por los madrileños. Pero es que nada de esto existe, y el PSM está cometiendo muchos errores que no puede permitirse si quiere volver a ganar: no puede dejar a Aguirre que ponga en marcha su perverso proyecto neoliberal. Antes de que fulano o mengano sean tal o tal cosa en las Juventudes y el Partido, lo que exigimos es convicción, fuerza y proyecto, y no personalismos, desidias e insidias. Porque hacer desaparecer el socialismo de Madrid, es trabajar contra el socialismo en Madrid.

miércoles, 9 de julio de 2008

Dimes y diretes sobre Inmigración

Una de las cuestiones que más interés y polémica suscita en estos tiempos es aquella relacionada con los flujos migratorios, emigración e inmigración. Intentaremos dar cabida en este espacio a una pequeña reflexión personal.

Antes de comenzar me gustaría dejar claro la consistencia y fuerza que para mí supone partir de la premisa de que la materia bajo análisis es una persona o un colectivo de ellas. Es decir, rechazo totalmente las expresiones "sin papeles" o "ilegales". Una persona es un ser que vive, sufre, siente, padece... es decir, padecen los mismas avatares diarios que nosotros, sin importar su color de piel, cultura o procedencia.

Otro punto a dejar claro es que la inmigración, masiva o no, no es un evento novedoso y forma parte misma de la Historia de la Humanidad. Quien no recuerda el "éxodo", miles de pueblos perseguidos, desplazamientos de mano de obra desde economías pobres a sociedades desarrolladas, incluso como política interna de algunas dictaduras (rusia y china, las más recientes).

En la actualidad se dan dos flujos migratorios a considerar. Uno es aquel desplazamiento desde países de extrema pobreza (altas tasas de desempleo y hambre) hacia países cercanos, donde sus sociedades parecen el paraíso de la modernidad (ejemplo de ello es el caso de la emigración desde países subsaharianos hacia España). En segundo término, se podría considerar una emigración cuya intención es la de mejorar su situación de precariedad en el país de origen, cuyas economías se encuentran a mitad de camino entre la sociedad del bienestar y la pobreza. No obstante, la esencia es siempre la misma, búsqueda de progreso y prosperidad, alcanzar un futuro mejor.

A nadie ha de extranar pues la existencia de estos flujos, su huida masiva hacia el continente europeo. Nadie niega de las ventajas y aspectos positivos que dicha inmigración aporta al sistema europeo de bienestar social. Nuestros estructura social y nuestro desarrollo depende de esa mano de obra, de iniciativas que vengan para aportar valor añadido a una sociedad cada vez más marchita y ombliguista, para hacer esos trabajos que nuestra gente se niega a hacer.


Dentro de los movimientos migratorios podríamos hacer distinción entre personas altamente especializadas, que aportan cierto valor añadido, y las personas que aportan la mano de obra, no especializada, necesaria en fábricas, construcción, limpieza... trabajos que normalmente los nativos no desean llevar a cabo por considerarse desprestigiados o poco remunerados.

Sin embargo, ese movimiento trae añadido un cambio de mentalidad que hace que nuestras sociedades se vean obligadas a una apertura, a reconocer el ambiguo paradigma de una socidedad multiétnica, un nuevo entorno social basado en la diversidad y pluralidad de religiones, culturas, idiomas y diferentes modos de entender la vida. En ocasiones, nos podemos encontrar con posturas antagónicas. Inclusive, hay quien asevera de que esta diversidad engrandece la riqueza cultural de los pueblos.

Cabe destacar, que este fenómeno también despierta gran recelo y confusión entre una parte importante de la población, personas temerosas de que aumente la criminalidad, de que muchos empleos se encuentren en manos de "los de afuera", porque pueden venir a "quitar el pan de cada día a nuestros hijos", o los que simplemente se manifiestan senófobos o contrarios a lo que ellos entienden por una invasión pacífica y dañina de nuestras tradiciones, a manos de personas que proceden de mundos antagónicos al nuestro, personas que no se integran en el sistema sino queser marginan en sus antiguos hábitos.

No es tarea sencilla la que nos urge dar respuesta, mas cuando ambas posiciones gozan de cierta realidad social, dejando al margen a aquellos que sólo desean la exclusión en base a razonamientos racistas.

Parte o bastante responsabilidad reside en las esfera política, quien haciendo un uso irresponsable de sus deberes llevan este tipo de cuestiones a entelequias y demagogias electoralistas.

El consenso es claro en torno al hecho de que nuestra sociedad necesita beneficiarse del trabajo extranjero, que ello es un aditivo más que necesario para nuestros sistemas públicos, mas cuando nuestra población envejece. Queda claro que existe una inmigración que enriquece nuestras sociedades y nuestra economía. Y es este tipo de inmigración la que hay fomentar, animar y ayudar.

En primer lugar, Occidente no puede albergar una inmigración en exceso, cada sistema, cada Estado debe fijar un tope, un límite según el cual el sistema social del país de acogida no se vea quebrado. Luego no parece obvio abrir los brazos para acoger a todo aquel que desee venir.

Otra cuestión vital es que la persona que venga y su familia se integren al sistema, contribuyan a nuestro modelo social. Que no exista discriminación hacia ninguno de los lados, foráneos y locales. Que haya una adaptación e integración. No parece lógico que los inmigrantes se trasladen hacia nuestro país sin conocer como mínimo nuestra lengua y mucho menos que puedan ejercer un "derecho al voto", sin conocer la realidad social que les rodea. Temas importantes a debatir creo yo.


No parece lógico tampoco que un alto porcentaje de esas personas emigren sin un contrato de trabajo o sin una idea preconcebida de lo que hará una vez llegue, sin dinero para pasar siquiera unos días. Sí, su condición es la que es, pero si de repente llegase 1 millón de personas en esas condiciones, la inseguridad social podría ser alarmante (hablo de un periodo de un año).

Por tanto, en mi opinión este tema debe ser tratado con rigor y seriedad. Estas personas deben ser tratadas como seres humanos y darles todo el apoyo que necesiten. Para ello, creo que lo principal, más que expulsar, debe ser frenar las oleadas de la inmigración clandestina.

¿Cómo? Aportando soluciones en los países de salida para que la situación deje de ser tan drámatica para que se juegen la vida. He aquí algunas ideas...

1. Planes de desarrollo e inversión en esos países. "No les des de comer, enseñales a pescar". Acuerdos de cooperación bilaterales. Apoyo y externalización de nuestras empresas en los países de origen, con el objeto de dinamizar su economía (y hacer negocio).

2. Contratos en origen. Políticas de empleo para formar en esos países al personal necesario y hacerles venir con un contrato o beca de estudio bajo el brazo.

3. Luchar contra las mafias organizadas, tanto allí como aquí, asegurando que no hacen negocio de la necesidad de esta pobre gente. Haciendo fichas policiales para evitar que delicuentes organizados y sus bandas de matones, que las hay, se instalen en nuestro territorio. Deportándolos en caso necesario.

4. Los Gobiernos deberían realizar estudios quinquenales donde se observe la necesidad de profesionales y las habilidades requeridas para desempeñar un área de trabajo. Se cubriría la parte resultantes con trabajadores foráneos y conociendo el volumen de familias que se necesitan para cubrir la ampliación demográfica necesaria para nuestro desarrollo presente y futuro, y actuar acorde a estos parámetros.

5. Fomentar los intercambios culturales con esos países para que sus jóvenes puedan venir a formarse a nuestras universidades, cada vez más vacías. Una vez terminado sus estudios, con el apoyo de microcréditos y ayudas bancarias, pudieran regresar a sus países de origen e crear negocios, a labrar un futuro.

6. En definitiva, la solución en un mundo global es la búsqueda de ideas, razonamientos y actuaciones globales.


"Europa no debe tener miedo a la inmigración sino escuchar el por qué de ese desplazamiento y actuar en consecuencia. Cerrarse en sí misma y tratarlos como criminales no es la solución. El único camino pasa por un desarrollo y cooperación conjunta, porque si hacemos oídos sordos el problema terminará desbordándose. Y el mensaje político debería ser aquel que no busca la confrontación sino la unidad de acción hacia posiciones compartidas".


viernes, 4 de julio de 2008

Un mal comienzo, nunca es determinante

Mis primeras líneas antes de comentar el tema del mes, son de agradecimiento y felicitación por la puesta en marcha de este espacio de debate.

Antes de nada más, decir que uno se considera ciudadano del mundo antes que otra cosa pseudo nacionalista-regionalista-localista. Valoro también el gran avance en la integración territorial que es la Unión Europea, una UE cuyos éxitos están injustamente infravalorados.

Entrando un poco en materia y desde mi humilde opinión, Europa vive hoy una ola, una maldita ola, de mieditis al Otro (inmigrantes, igualdad, trabajos justos,…) propugnada desde los grupos neo-con o neoconservadores. Ejemplos de los efectos de esta ola son desde las 65 horas, los 18 meses de reclusión para los inmigrantes,…

Por cierto, digo neo-conservadores y no neoliberales, porque liberal, supuestamente, defiende la libertad y la igualdad de oportunidades. Desde el atrevimiento de este primer artículo, creo que podría ser interesante abrir un debate sobre la definición semántica de nuestros contrarios por no decir enemigos.

En fin, ¿65 horas sí o no?, ¿cabemos todos, sí o no? Son preguntas difíciles con respuestas complicadas. Ante este reto, la izquierda no puede obviar los problemas o lo que es peor, refugiarse en copias baratas de soluciones de la derecha.

Nuestra situación actual es grave y proviene de no haber afrontado los problemas a tiempo y también, porque no, de no haber separado el grano de la paja. En el caso de la inmigración, por ejemplo, es cierto que hay inmigrantes que son delincuentes, pero la inmensa mayoría no lo son y eso hay que decirlo alto y claro, hay que defender lo que contribuyen a nuestra economía, como cuidan a nuestros mayores,… por cierto, para que no haya suspicacias, los inmigrantes delincuentes no son delincuentes por ser inmigrantes sino son delincuentes y punto.

Por no extenderme más con el tema de la inmigración, creo que hay que apostar decididamente por la integración real, con el respeto escrupuloso a unos valores y sobre todo a unos derechos como son los de la Constitución (afortunadamente en el PSOE vamos a optar por esa vía).



La izquierda europea tiene futuro su situación es reversible, estoy convencido de ello, siempre y cuando apostamos por nuestras ideas sin copiar las de otros, mostrando y demostrando alternativas convincentes en materia social y económica. Yo sinceramente, por ejemplo, no puedo pedir a un vecino en paro que se apriete el cinturón cuando un banco normal tiene beneficios astronómicos, por que me manda a freír espárragos cuando no se pasa a la derecha con la Esperanza de recibir migajas.

¿Medidas a hacer? Varias, todas ellas duras y complicadas.

A nivel interno: el Partido Socialista Europeo ha de ser una realidad, hay que acercar su trabajo a la militancia en general,... en este aspecto, creo que los jóvenes socialistas tenemos más experiencias que nuestros “mayores”, como es, con sus virtudes y defectos, la ECOSY. El problema es, como no, que para conseguir esto, los lideres nacionales tienen que creerse el proyecto y considerar que Europa es una oportunidad de reafirmar su poder y no al revés.

¿Quiero decir con esto que los líderes actuales son peores que los anteriores? No, rotundamente no. Por supuesto que Zapatero no es Felipe González, que Segolene Royal, François Hollande o a quien vayan a elegir los pocos y desavenidos socialistas franceses no son François Mitterrand, pero es que la realidad social tampoco es la misma, lo que hace imposible comparar en términos de buenos y malos.

En el lado externo y aunque suene muy repetitivo: debemos estar más cerca de la ciudadanía comprendiendo que la sociedad ha cambiado, recibiendo apoyos y sobre todo quejas. La clase trabajadora ha cambiado, los “tradicionales” obreros de mono azul son menos, han sido sustituidos por obreros, igual o más “puteados”, eso si, de cuello blanco. Es decir, profesionales liberales en los que prima el individualismo y la búsqueda de la eficiencia máxima. No estoy diciendo que renunciemos a la colectividad, en absoluto, estoy diciendo que para llegar a nuestro objetivo los mensajes deben ser más individualizados, convenciendo cara a cara, siendo eficaces en la gestión de lo público,…

En conclusión, ante la Europa a su imagen y semejanza que está haciendo la derecha, la izquierda, socialista/social-demócrata (para mi son inseparables ambos términos) debe responder desde la unidad. Si denunciamos las trampas intencionadas del sistema económico que nos han movido a la actual crisis económica, si denunciamos que la privatización de lo público no es por naturaleza buena, si abanderamos que lo público hay que mejorarlo, que la inmigración aporta mucho más que problemas, etc… conseguiremos mejorar nuestros resultados electorales a nivel europeo y nacional. Sigo pensando, por que sino no estaría aquí, que nosotros tenemos las mejores ideas y estoy convencido de que si aplicamos sentido común podemos ganar en casi cualquier territorio, lo que nos falta es creernoslo, formarnos, debatirlo para por último, conseguirlo.

Después de esta chapa, un saludo y gracias por leerlo.

Rodrigo Parra Fernández.

miércoles, 2 de julio de 2008

"Tsunami" de derechas


En una edición dominical de EL PAÍS de hace unas semanas se analizaba, bajo el expresivo titular de "Europa se ancla a la derecha", el fenómeno objetivo que nos revela el avance de la derecha en casi toda Europa.
Como argumento gráfico se adjuntaban dos mapas comparativos que denotan la inversión del color de los gobiernos nacionales en los últimos 10 años hasta llegar a la Europa conservadora de hoy en día.

La semana laboral de 65 horas, la estrategia anti-migratoria y las peligrosas licencias que se está tomando la UE en lo que a lucha antiterrorista se refiere, revelan y evidencian el viraje conservador de la UE.

Hace 10 años, se estaba también en el debate de la jornada laboral. Parecían entonces más factibles alcanzar las 35 horas semanales (proyecto que abanderó Francia en su momento) que las 65 horas que ahora se nos plantean como inevitables.

Vivimos, según algunos en una era posideológica, en la que se impone el pragmatismo a los valores y en la que se rebasan las ideologías.
En mi opinión esto es una falacia, que fue promovida insistentemente por Thatcher en los ochenta, según la cual ya no hay ideologías, las cartas están ya marcadas y las reglas del juego están muy claras.

Lo que está sucediendo en Europa es un fenómeno profundamente ideológico, no hay que engañarse. Es un fenómeno ideológico de un sólo signo: el recorte de libertades y derechos. Una estrategia capitaneada por la derecha neoliberal que ha conseguido imponerse en la batalla ideológica a la izquierda y al centro-izquierda. Esta, aturdida, no puede más que ir a remolque y asumir (craso error) que la actual UE es la única posible. Ante las 65 horas: abstenerse. Ante la normativa de retorno de inmigrantes: votar resignados y dar el patético argumento de que esto es "mejor esto que nada"

Este es en mi opinión el problema de la izquierda europea. Está calando en sus huesos el mensaje de la derecha. La izquierda se contamina y no se atreve a rebelarse (entiendase el término) contra una situación grave de desconfiguración y difuminación de la Europa Social (hasta ahora proyecto máximo de la socialdemocracia a nivel europeo).

Se está deshilachando la bandera de los derechos humanos, de las libertades y del modelo social, seña de identidad de la UE a lo largo de estas cinco décadas, sin que aparezca nadie con la fuerza y la determinación precisa para restaurarla y retomarla.

Para concluir, me parece que la izquierda continental no está siendo capaz de dar respuestas sólidas a temas como, precisamente, la inmigración ilegal, la seguridad, la lucha antiterrorista... etc. La derecha ha copado ese espacio, por no comparecencia del "rival" y por eso la ciudadanía solo escucha una sola propuesta, un único punto de vista ideológico en cuestiones que son realmente importantes.
La izquierda tiene que replantear su postura, salir de la órbita neoconservadora y presentar su agenda para estos y otros temas.

Reflexión de Alberto Ginel Saúl

martes, 1 de julio de 2008

(IV) TEMA DEL MES DE JULIO: "¿Van por buen camino la izquierda europea y nacional?"


Este mes ha sido especial. Mientras reflexionábamos acerca de un modelo progresista para la Unión Europea, nos dimos de bruces con la realidad. La directiva de las 65 horas semanales. La realidad que nos revela que, lejos de ser la UE el paradigma de lo social y lo cívico, lo es de la derecha más antisocial y regresiva. Iniciamos una campaña reactiva contra dicho atropello. Una respuesta casi espontánea hacia lo que consideramos un despropósito pero, ¿cuál está siendo la respuesta de la izquierda? ¿es apropiada? ¿cómo ha llegado Europa a convertirse en un puzzle lleno de piezas azules? Ellos están construyendo Europa a su imagen y semejanza. ¿Qué hace la izquierda para evitarlo?


La falta de reacción de la izquierda europea frente a las medidas regresivas como la ampliación de la jornada laboral o la directiva sobre inmigración ilegal,

El declive electoral desde la década de los 90, perdiendo apoyos hacia otras opciones políticas radicales a ambos extremos del espectro político hasta convertir Europa en patrimonio casi exclusivo de la derecha neoliberal (Francia, Italia....)

La falta de unidad de acción y la falta de un modelo alternativo serio frente a los intereses del capital y de los neoliberales.

La inacción para hacer cumplir sus postulados básicos como la garantía universal y la calidad de la sanidad o la educación, desmantelado por las privatizaciones de los gobiernos europeos.

¿Falta de debate? En el seno de la izquierda europea y nacional el debate ha ido alejándose paulatinamente de las bases por las decisiones de las cúpulas, la burocratización excesiva de los partidos y la inmovilidad de los equipos dirigentes, la cooptación desde arriba abajo o el “cursus honorum” basado en el mérito y no en la cadena de favores.

Discurso completo o parches insuficientes, para ganar a la derecha en la batalla de las ideas, que esas ideas sean puestas en práctica, y al mismo tiempo que den buenos resultados

¿Se terminó la era de los grandes líderes? Felipe González, Willy Brandt, Olof Palme, François Mitterrand, Tony Blair, Mario Soares… han desaparecido de la política bien por retiro bien por “imperativo biológico”. ¿Los nuevos líderes no están a su altura? ¿Es la falta de un liderazgo fuerte e incontestado la razón del declive?

¿No se ha estado a la altura de los nuevos tiempos? El declive del sector industrial y de su mano de obra, ¿ha hecho perder apoyos en la izquierda? ¿Se ha captado al nuevo proletariado inmigrante? ¿Se han ganado espacios en la clase media y en la juventud?

En definitiva, ¿va en buen camino la izquierda europea y nacional?