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martes, 14 de octubre de 2008

Hay que abandonar el ombliguismo

Para complementar las intervenciones de los dos compañeros que me han precedido con sus reflexiones, paso a exponer mi punto de vista.

En la idea básica coincido con Rodrigo: "merece la pena participar", porque es necesario, porque es gratificante, porque es un derecho (y casi un deber cívico en democracia). Coincido con Javier en el análisis: existe un divorcio entre la juventud y las asociaciones, organizaciones juveniles etc, que presuntamente nacen y trabajan con la voluntad de representar a éstos.

Ya tratamos, en un enriquecedor y prolijo debate el porqué de la desidia juvenil hacia la política en general.
Podríamos trasladar aquí algunas de las conclusiones y teorías extraidas de aquel debate: "los jóvenes de ahora no están concienciados", "no les interesa la política".

Pero tenemos que hacer autocrítica y autoanálisis para entender porqué.

1 Las organizaciones políticas juveniles que "dependen" o están ligadas a un partido "de mayores" corren el riesgo de convertirse en poco más que un instrumento partidista. Corren el riesgo de ser vistos por los partidos correspondientes como un grupo de jóvenes fotogénicos, carne de grada jóven y "aplauidores" profesionales en mítines detrás del orador.

2 Las organizaciones juveniles ligadas a estos partidos corren un riesgo aún mayor: envenenarse de las disputas, casi siempre por el poder, que se libran soterrada o públicamente en el seno de los partidos. El ombliguismo, las luchas internas debilitan, enfrascan y depauperizan a las organizaciones. Cuando una organización juvenil está más pendiente de los problemas de los políticos mayores que de los problemas de los ciudadanos jóvenes, estos se sienten desatendidos, estafados. No involucrados.

3 Hay quien se confunde desde el primer momento, desde el mismo momento en que solicita su carnet para militar en una organización política juvenil. Ven su paso por dicha organización como el primer peldaño para consagrarse en una carrera política. Ven su paso por ellas no como una oportunidad para servir, si no para servirse y ascender.

4 También se corre el riesgo de una suerte de "castración" conformista en estos jóvenes, con natural espíritu crítico y hasta cierto punto "revolucionario" cuando sus "mayores" alcanzan el poder gubernamental y entonces los jóvenes tienen que actuar en pro de la estabilidad y de la buena imagen, abandonando, quizás algunos planteamientos de su ideario propio.

5 Apunto, al igual que lo hizo el compañero Javier, hacia la realidad de que existe un total desconocimiento de lo que representa el Consejo de la Juventud por parte de la inmensa mayoría de los jóvenes españoles.

En definitiva, la excesiva dependencia respecto del partido de turno y la confusión de los intereses y metas de las organizaciones juveniles, entretenidas más en lo interno o en el ascenso que en la atención y canalización de las reivindicaciones de la población joven ante el poder, son los elementos que en mi opinión, alejan y desvalorizan la acción del imprescindible asociacionismo juvenil respecto a un joven medio con los problemas característicos de este sector poblacional: vivienda, empleo, formación... etc

Hace falta un cambio de filosofía, que como para todo, sería el primer e ineludible paso hacia un mañana mejor, también para los jóvenes.

viernes, 10 de octubre de 2008

El divorcio juventud-asociacionismo

Debido al extenso texto que me ha resultado, dejo las preguntas para separar cada tema y ayudar a la comprensión.

¿Reflejan fielmente las Asociaciones juveniles a la Juventud actual?

El asociacionismo, en general, está muy reñido con la sociedad en general y la voluntad de participar, de “estar en algo”. La gente vota, aproximadamente el tope máximo en las sociedades democráticas es el 80%, y este límite solo se alcanza en los momentos de máxima tensión entre dos modelos políticos distintos.

El asociacionismo político es mal visto: “los partidos son malos, son todos iguales”, se piensa. ¿Qué se va a pensar de sus organizaciones inferiores, como las asociaciones juveniles? Sin embargo, y siempre teniendo en cuenta que el asociacionismo en la sociedad es minoritario, entre las personas que militan en una organización, ésta suele ser generalmente una ONG. Es decir, la gente que se asocia lo hace para “ayudar al que necesita la ayuda”.

La sociedad actual está muy imbuida en el terreno del individualismo y del consumismo. En este punto, los viejos planteamientos liberales han triunfado en tanto que cada individuo piensa primero en sí mismo que en la colectividad. En el terreno joven, lo que importa, si no en la mayoría, sí en una gran parte, es en “tener”: tener los nuevos objetos imprescindibles para la vida (móvil, mp3, un ordenador o play station, Internet, ropa de tal marca). Sin negar que son objetos muy útiles, pero que han ayudado a configurar la sociedad de consumo. Sin ser asociacionismo tal como lo conocemos, organizado, la juventud se agrupa en grupos que comparten un mismo estilo de música, un mismo estilo de vestir y, si nos ponemos en un extremo y por suerte es minoría, en una misma banda de violencia legitimada por una ideología irracional (bandas latinas, bandas de skins…). La asociación es natural, porque es algo que el individualismo no es completo: la persona necesita apoyarse en un grupo, la persona necesita una compañía.

Los datos demuestran que donde más se extrema el individualismo más índice de suicidios tenemos. ¿Cuántos suicidios de jóvenes hay en Japón? Lo peor es que se ha llegado al suicidio “en grupo”. El intento de desconexión con el resto de los individuos, el pensamiento limitado en el “yo primero” genera esto.

¿Estamos igual de comprometidos los jóvenes de hoy respecto a las generaciones precedentes?

La sociedad de hoy no es la sociedad de hace medio siglo, y menos aún de la de hace un siglo. Hace medio siglo, y en España menos aún, la sociedad luchaba por la ampliación del Estado liberal al Estado social, y la socialdemocracia colaboró en el éxito de esta lucha. Desaparecidas las trabas (supuestamente), ampliado la democracia, conjurado el peligro totalitario y autoritario, la sociedad se ha visto libre, la sociedad de hoy, los jóvenes de hoy, han nacido en una sociedad exitosa. Pero una sociedad que ahora se puede morir de éxito.

¿Para qué luchar si ya lo tenemos todo? Es el pensamiento que, a mi opinión, es dominante. Las organizaciones juveniles de hoy no son las mismas que hace años. En los momentos de lucha por las libertades lo que movía era esa lucha, la lucha de todos, la lucha por un interés general. Hoy, en la sociedad democrática, el interés que mueve al mundo es otra lucha. La lucha de uno mismo, la lucha por el interés particular. Es otra victoria del liberalismo y, ay, ha triunfado hasta en el campo mismo del asociacionismo de la izquierda socialista.

Si llegáramos a comprender hasta qué punto es frágil la libertad, el libre pensamiento y la democracia, actuaríamos de otra manera. La historia parece demostrar que, a veces, en los momentos de máximo peligro, no se ha sabido responder al enemigo de la libertad. ¿Podría haber actuado de otra manera la oposición a Berlusconi en el Caso Matteotti? ¿Podría haber actuado de otra manera el Partido Bolchevique ante la perspectiva de que construían no la Dictadura del Proletariado, sino la dictadura personal de Stalin? ¿Podría haber actuado de otra manera el KPD alemán y las fuerzas democráticas de la Alemania de Weimar sabiendo que su lucha era la muerte de la frágil democracia y el ascenso del NSDAP? ¿Podría haber actuado de forma sensata los anarquistas, socialistas y derechistas españoles para no haber caído en la destrucción mutua y el surgimiento de cuarenta años de dictadura? Y así hasta la eternidad, la historia de la raza humana es un cúmulo de errores, aciertos, decisiones y posibilidades que ya entran en la ciencia-ficción y la suposición. Yo creo, y rezo por equivocarme, que la ceguera de la sociedad actual respecto a los problemas que sacuden el planeta (pobreza del Tercer Mundo, desapego de la democracia, la agonía del capitalismo salvaje, la bomba nuclear, el terrorismo y sus causas…) nos deparará en un futuro no lejano mucho sufrimiento.

¿Cómo podemos combatir el individualismo actual?

El individualismo no es algo que se combate, el individualismo o el cooperativismo es algo que se aprende desde pequeño, porque la sociedad en conjunto te lleva actuar. ¿Por qué si no la derecha está destruyendo la educación pública y los postulados de la socialdemocracia? Porque quiere ese individualismo, porque ese individualismo no conduce al socialismo, porque en la división y en el egoísmo tiene la base de su apoyo y su poder. Que conste que, como digo, en la izquierda existe ese mismo individualismo: esa percepción no llevará a la sociedad al socialismo.

Sin embargo, hay que saber observar a la sociedad y sus respuestas a los estímulos que se dan. La derecha quiere destruir la educación como la conocimos, ello generará individuos que se crean a pies juntillas sus más descomunales mentiras, lo mismo que en 1984 de Orwell la gente se creería que dos y dos son cinco si el Partido dice que así es. Pero lo que la derecha también genera es un rechazo a esa dictadura del pensamiento. Lo mismo hace una educación abierta: generará ciudadanos solidarios y progresistas en mismo número, o más quizá, que ciudadanos que rechacen esas ideas. Pero los crearán. Cualquier acción puede generar una aceptación y un rechazo. Esa es una de las virtudes de la libertad, y a la vez uno de sus peligros.

Siempre habrá un pensamiento progresista y un pensamiento reaccionario. Pero la Ilustración, y las revoluciones liberales burguesas lograron imponer a la sociedad la creencia en los derechos naturales del hombre, cuando en el siglo anterior tales cosas no existían en la mente humana. Así, creo que hay mucho trabajo por hacer llegar que conceptos como democracia, derechos sociales, solidaridad internacional y superación de los conceptos irracionales del nacionalismo y del racismo, son inalienables al ser humano. Esto no es porque lo dijeran cuatro locos, sino porque es positivo para la sociedad.

¿Hay que buscar nuevas formas más atractivas para inducir al asociacionismo?

No podremos hacer llegar las propuestas progresistas a la juventud si no se predica con el ejemplo. ¿Creerán en la solidaridad en boca de quienes se matan por el poder? ¿Creerán en la democracia en boca de quienes rechazan las opiniones contrarias en el seno de su organización? ¿Creerán en el asociacionismo en boca de quienes arrinconan a quien no les dice a todo que sí? La sociedad percibe los partidos y las asociaciones como el aparato que crean unas minorías para mantenerse en el poder, pese a los cambios, y las bases no son más que la correa de transmisión de lo que se dice de arriba.

Eso me lleva a una pregunta, ¿hemos superado el concepto irracional del poder? Antaño el rey gobernaba porque así lo disponía Dios; ahora hay que decir esto, luego lo otro, porque así lo dispone la minoría que nos controla. El poder desde Arriba no ha sido superado, el poder desde Abajo no ha llegado aún.

¿Son correctas las políticas de Juventud de las instituciones?,¿y la inversión?

Es normal que, en la política, los ámbitos de la juventud estén ocupados por jóvenes. Eso es bueno en tanto que piensan como jóvenes y saben lo que quieren los jóvenes. Otro es lo que se haga, que en muchas ocasiones va bien encaminado, o en otras se opera para favorecer un interés ideológico o personal. ¿Va a permitir un gobierno de la ideología que sea que se hagan actos y programas para jóvenes que lleven a ideas contrarias? No digo que haya gente que cumple con la libertad, que deja que haya pluralidad, pero también es verdad que en otros momentos se ponen trabas al que piensa distinto.

Antiguamente las organizaciones obreras vivían de sus miembros para ayudar a sus miembros, sin ayuda estatal. El acceso al poder de la izquierda socialista y la extensión del Estado social ha llevado a la subvención de los organismos sociales y políticos, y eso a la arbitrariedad y a la burocratización. Hasta tal punto se han desnaturalizado organizaciones combativas en organizaciones burocráticas y por tanto conservadoras de lo existente. La inversión debe ir con una premisa: el ejercicio de la libertad y de la libre expresión, tanto el que da ese dinero como el que lo recibe.

Como no creo en la planificación sistemática de la sociedad, lo que la propia sociedad haga en su beneficio puede ser acertado. Las organizaciones obreras surgieron por iniciativa propia, no por la del Estado. Lo que hagan los jóvenes, en uso de su libertad y en el beneficio colectivo, puede ser altamente positivo.

¿Son eficaces los Consejos de la Juventud?

Los Consejos de la Juventud ¿Qué es eso? Diría si se le pregunta a un joven anónimo. La idea en sí es buena, pero la realización ha dejado mucho por el camino. Para empezar, el ideal socialista es la democracia plena. El Consejo de la Juventud está integrado por las asociaciones juveniles, pero no se elige en “libertad”, más que la libertad de esas asociaciones. Y partiendo de la premisa que el asociacionismo es minoritario, los Consejos los integran minorías. Para mí el ideal, que es el ideal socialista, es la democracia total, la democracia radical. Elegir libremente los órganos de expresión, abierto a todos. También su limitación, la juventud, plantea un problema: ¿hasta qué edad se es joven? Es lo mismo que ahora se discute hasta qué edad se es viejo. El trabajo de los Consejos, invisible, por cierto, es necesario, pero gozarán de más legitimidad si se eligen libremente, lo mismo que el Congreso de los Diputados goza de toda la legitimidad porque su elección está abierta a todos los ciudadanos mayores de edad.

¿Están las asociaciones juveniles demasiado imbuidas en el partidismo de los mayores?

Como dije antes, el ideal de la lucha colectiva se ha sustituido por el ideal de la lucha personal. Y en las organizaciones juveniles de partido, más. Se proclama la autonomía, que no la independencia, pero en la práctica eso se revela como una intromisión Partido-Juventudes como una Juventudes-Partido. La organización juvenil de partido debe estar subordinada al mismo partido, pero debe establecerse una condición: la no intervención de unos en los otros. El discurso debe ser coordinado, la opinión interna tolerada, y el trabajo debe ser común. ¿Por qué? Porque el cooperativismo es lo contrario a lo que aquí se denuncia, el individualismo. El individualismo, la lucha personal y la intromisión por el poder no llevan al socialismo. En el partido debe valer la opinión de los que son militantes del partido y de su base social, no la de otra organización, y menos sacudiendo votos en los órganos internos. Porque esos “votos” son personas, personas que, supuestamente, tienen libertad de pensamiento, pero que se les zarandea como hombres de paja y simples correas de transmisión de lo que se decida. La verdad es que la libertad está muy dañada, y así, el divorcio juventud-asociacionismo no se resolverá.

jueves, 9 de octubre de 2008

Participar vale la pena


La verdad es que volver a escribir en portada y no en comentarios da un poco de vértigo, más si cabe cuando soy yo mismo quien propuso, mejor dicho sugirió, el tema de este mes. Simplemente intentaré dar mi opinión aunque considero mucho más importante vuestros comentarios que lo que yo, mejor o peor escrito, pueda decir, pensar o redactar.

Antes que nada quiero decir que cuando me refiera a Asociación, utilizo ese término por que es el propuesto en el tema no porque para mi sea el más adecuado, quisiera decir colectivo, ya que yo creo que agrupa más modelos de participación que los "simplemente" reglamentados por estatutos o no. Entonces:

1.- ¿Reflejan fielmente las Asociaciones juveniles a la Juventud actual? No, rotundamente no. Las asociaciones juveniles no representan fielmente a toda la juventud igual que nada, excepto la raza humana, representa a un término tan global como es el de joven.

Las asociaciones no representan a todos los jóvenes ya que hay algunos jóvenes cuyas acciones no pueden representar nada socialmente defendible. Entonces, ¿cuánto representan? Pues como todo en esta vida ni tanto de lo que creen ni menos de lo que otros quieren hacerlas creer.

Si atendemos a las tasas de asociacionismo los datos son demoledores pero si lo comparamos con el resto de la sociedad los datos son muy positivos. ¿Nos tenemos que conformar? No, ni mucho menos pero nunca he sido amigo de los harakiris y simplemente creo que hay otras formas de participar socialmente fuera de los típicos estatutos que tan fácil son de estudiar por sesudos politólogos y sociólogos que, por cierto, nunca han participado en ningún movimiento, ellos/as dicen que por preservar la independencia, no lo dudo, pero yo creo que es por miedo a que se les caigan los esquemas.


2.- ¿Estamos igual de comprometidos los jóvenes de hoy respecto a las generaciones precedentes? Paso palabra, yo sólo he conocido esta generación. Lo que sí se es que en Mayo del 68, delante de los grises o en células del PCE no estaban tantos como dicen que han estado.

Por otro lado esta discusión es estéril. Yo opino que lo que hicieron nuestros padres, tíos,... que ahora rondan o superan ya la cincuentena tiene un valor inmenso ya que nos abrieron el camino luchando por cosas que hoy nos son cotidianas (libertad de expresión, voto,...) pero que por otro lado, siendo esto vital, no les da derecho a menospreciar(los que lo hagan) nuestra lucha contra la contaminación, la homofobia, la pobreza en África, el acceso a la vivienda, el trabajo estable,... o por la igualdad real de género.

Yo particularmente pienso que sí son muchos los jovenes que participan, la cosa es que participan de manera distinta, por ejemplo, hoy un post como este llega a muchas más personas en muchos más lugares que lo que miles de panfletos tirados desde lo alto de la facultad de periodismo. ¿Es mejor o peor? Es diferente y punto.

Con respecto a la militancia de partidos, mi opinión es muy clara, la culpa del desprestigio de la política no es nuestra, en absoluto es nuestra.

3.- ¿Cómo podemos combatir el individualismo actual? Esto no se combate, es un sentimiento de percepción individual. El individualista, si es que entendemos por individualista al que se encierra en un grupo muy reducido de individuos, lo es porque percibe que así va a obtener más beneficio, por tanto la única opción es cambiar su percepción.

4.-¿Hay que buscar nuevas formas más atractivas para inducir al asociacionismo? Sí, pero si más atractivas supone difuminar los valores de una organización por el simple hecho de aumentar la militancia que conmigo no cuenten. De todos modos tengamos dos cosas claras, una a nivel interno y otra para los que se acercan a nosotros:

a) Interno: las NNTT no son malas. Tuenti, Facebook, blogs, firmas virtuales,... son instrumentos que facilitan la comunicación con los jóvenes. Tampoco lo son los sitios de debate, reunión,... siempre y cuando se debata donde (digo donde y no cuando) toca no cuando uno quiere y donde quiere.

b) Externa: el asociacionismo cuesta. Participar tiene costes afectivos, económicos, personales,... Esto no es jauja, no es cañas, ligar y viajes(que también), aquí se curra y el que no que no se acerque y mucho menos proteste. Por cierto a los que ya estamos participando no nos tiremos piedras a nuestro propio tejado, por favor.

5.- ¿Son correctas las políticas de Juventud de las instituciones?,¿y la inversión?. Si vives en Madrid capital y en tu distrito se gasta menos de 1€ en cada joven al año pues esta claro que no hay políticas de juventud porque no hay inversión. Los proyectos de presupuesto cero no funcionan para un número amplio de personas, el voluntario es voluntario no técnico de juventud. Pero ¿son correctas dónde hay dinero? En Rivas, lo que más conozco, las que tienen dinero funcionan lo cual no significa que todos los jóvenes tengamos políticas de juventud.

6.- ¿Son eficaces los Consejos de la Juventud? (He de confesar que cuando he leído esta pregunta la comisura de la boca ha tirado hacia arriba) Los Consejos de la Juventud (CJ) es un reclamo habitual de JJSS y en los que hay formados siempre estamos en primera linea. La cosa es que si los CJ sirven para cubrir el expediente, caso de lo que hace Esperanza con el CJM, pues esta claro que de poco pueden servir.

Los CJ yo los concibo como órganos que han de ir evolucionando, pasando de unas estructuras muy dirigidas por los técnicos de juventud, del ayuntamiento,etc... para ir luego entrando en fases de formación de jóvenes en políticas de juventud para que al final se conviertan en organismos de participación real, incluso con presupuesto, para políticas de juventud.

7.- ¿Están las asociaciones juveniles demasiado imbuidas en el partidismo de los mayores? Uhmm, ¿están los mayores demasiado imbuidos en las asociaciones juveniles? Lo mismo de antes, las asociaciones y los partidos son organizaciones, son estructuras, lo que hay que preguntarse es como lo están (de imbuidos) las gentes que pertenecen a ellas. No se si luego en los comentarios saldrá que si JJSS tal o pascual yo sigo pensando que la definición de lo que somos lo marcan nuestros estatutos y NO lo que pueda pensar o querer el partido en un momento u otro. Chic@s nosotros somos responsables, los únicos responsables de nuestro presente y nuestro futuro.


En definitiva, el asociacionismo juvenil funciona. Espero que me perdoneis el comentario, pero el asociacionismo juvenil es como la crisis del cine español, siempre decimos que estamos en crisis cuando no que ya no hay jóvenes que participan, pero año a año se forman más jóvenes, más asociaciones, las manis se llenan con jóvenes,... Por último, aunque sólo hubiese un grupo muy reducido de jóvenes asociados, la simple experiencia es tan recomendable que es insustituible por lo que te aporta en amigos, cariño, saber,....

Un saludo

domingo, 5 de octubre de 2008

(VI) TEMA DEL MES DE OCTUBRE: "Asociacionismo Juvenil, ¿un insturmento útil para la juventud?


Comenzamos Octubre con un nuevo tema a debatir, el Asociacionismo Juvenil y participación social de la juventud.

¿Reflejan fielmente las Asociaciones juveniles a la Juventud actual?
¿Estamos igual de comprometidos los jóvenes de hoy respecto a las generaciones precedentes?
¿Cómo podemos combatir el individualismo actual?
¿Hay que buscar nuevas formas más atractivas para inducir al asociacionismo?
¿Son correctas las políticas de Juventud de las instituciones?,¿y la inversión?.
¿Son eficaces los Consejos de la Juventud?
¿Están las asociaciones juveniles demasiado imbuidas en el partidismo de los mayores?

Esperamos la participación de todos vosotros.

Un saludo progresista.

jueves, 2 de octubre de 2008

El capitalismo se quiebra: enterrémosle


Marx sostenía que ningún sistema económico puede durar por siempre, que tiene un desarrollo, un auge y una caída. El primer gran sistema económico fue el de las Ciudades Estado del Creciente Fértil, basado en una agricultura dirigida por el Estado burocrático y trabajado por personas libres aunque no propietarias; después, vino el sistema esclavista del Imperio Romano, y con su crisis surgió el feudalismo, las tierras seguían en manos de los terratenientes y de la Iglesia, cultivado por hombres sujetos de por vida a la tierra por las deudas de sus antepasados. Y con su crisis vino el sistema industrial, la libertad de movimiento y de capitales, la potenciación de los sectores económicos no agrícolas (servicios e industria). Y su crisis no es constante, es periódica por su estructura particular. La alternativa a ello fue el modelo de planificación, pero se reveló más imperfecto que el capitalismo, puesto que una burocracia estatal no sabe satisfacer las demandas económicas con una oferta adecuada.

Aunque pareció que el capitalismo había sobrevivido, que bastaba con las reformas admitidas a la socialdemocracia y que este maná económico podía durar para siempre, esto no es así. La economía vuelve a estar en crisis. Además, no podemos quitar la vista de que este mundo está partido en dos: de que hay dos bloques aún, el bloque de países ricos y el bloque de países pobres. Y a su vez los países siguen conservando una separación entre ricos y pobres, en los países más ricos observamos una minoría muy rica frente a una mayoría de clase media y una minoría pobre, y en los países pobres tenemos una ínfima minoría riquísima, una clase media escuálida, inestable o inexistente, y una gran masa depauperada.
¿Cuál sería el ideal? El ideal sería ningún extremo, sería la solidaridad para con la riqueza de todos poder ofrecer una igualdad de oportunidades para desarrollar más riqueza, y que eso no beneficie a una minoría, ni tampoco a una mayoría: que beneficie a todos. La socialdemocracia plantea siempre que el que más tenga más dé. Pero hay que decir por qué, por qué quien más dinero gane más dinero dé, porque si no, a lo mejor, daría a que cualquiera trabajase menos para sortearlo. Es un deber, no un deber patrio, sino un deber para con toda la sociedad. Es una obligación ética hacer todo lo posible para ayudar a nuestra misma especie. El capitalismo es una lucha entre el gato y el ratón.

Hasta hace nada, el gran capitalismo quería eliminar al Estado de la vida económica, quitar regulaciones, quitar trabas, quitar derechos de los trabajadores... ¿libertad total para la economía? No, eso es permitir la dictadura de la economía, de la dominación de esa minoría extremadamente rica, que controla la mayor parte de la generación de la riqueza, sin que la gran mayoría podamos hacer algo.

La derecha había vuelto a enarbolar, desde Thatcher y Reagan, la bandera del liberalismo más puro, más destructivo para el Estado. Es decir, es volver a los postulados anteriores al Estado social de derecho: al Estado liberal, el Estado gendarme. La economía es cosa de los negocios, no del Estado. Al Estado le basta conservar el aparato policial.

Pero, hete aquí que quien antes hablaba de privatizar, de individualismo... pide socializar las pérdidas. Que todos paguemos el fracaso de unos. ¡Vaya, son socialistas! El socialismo de la ruina. No es socializar la economía, es socializar el pago para salir de la crisis. ¿No hablaban de la no intervención? Ese liberalismo era mentira. Tenemos que pagar a unos fracasados sus enormes agujeros, mientras ellos conservan aún todo su patrimonio y renta. El fracaso se debe pagar con irse a la calle. ¿Quién ha creado esto? Los grandes negocios ¿Quién lo paga? Los trabajadores. Los trabajadores no tienen la culpa de que unas empresas sean dirigidas por ineptos. Que se vayan los ineptos, que paguen ellos el desaguisado, y que vengan otros.

En suma, que el capitalismo pague su fracaso, que se vaya, y que venga otro.